La radioterapia es uno de los tratamientos anticáncer más empleados. Sin embargo, como la radiación también ataca a las células sanas, supone un riesgo para la salud del paciente, especialmente si se aplica sobre tumores de la zona gastrointestinal (cáncer de hígado, de páncreas o de colon).
Unos investigadores han tratado de solucionar este problema y han encontrado la clave en la proteína URI (interactor RPB5 de prefoldina no convencional, por sus siglas en inglés)(1). Tras realizar varios experimentos con ratones observaron que los que tenían un alto nivel de esta proteína sufrían menos lesiones intestinales causadas por la radiación. Por el contrario, si el nivel era bajo o directamente carecían de ella, terminaban falleciendo.
De confirmarse estos resultados en personas se podrá llevar a cabo una radioterapia personalizada para administrar dosis más altas solo a los pacientes que tienen niveles altos de URI, sabiendo que en esos casos el intestino no sufrirá tanto los efectos de la radiación. Y para aumentar el nivel de esta proteína de manera natural basta con consumir alimentos ricos en nutrientes (verduras, frutas, legumbres…).
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