El hongo cordyceps es el enemigo que aterroriza a la humanidad en la serie de televisión «The last of us». Sin embargo, en el mundo real se trata de un gran aliado de la salud. Conozca todos sus beneficios.
Imagínese un mundo en el que el ser humano ya no está en la cúspide de la cadena evolutiva. Que por encima de él existe otra especie mucho más poderosa pese a su reducido tamaño: el cordyceps.
Se trata de un hongo que puede penetrar en el cuerpo de las personas para utilizarlas y manipularlas a voluntad con el único objetivo de seguir propagándose por todo el planeta.
Por fortuna, esta realidad solo existe en la ciencia ficción. En concreto, en una serie de televisión que ha acaparado la atención de millones de espectadores: The last of us.
¡Y no es para menos! La perspectiva que ofrece es ciertamente desalentadora. Sobre todo si pensamos que su argumento está basado en un hongo que es muy real. Incluida la parte en la que toma el control del ser al que ha poseído.
Ahora bien, existen ciertas diferencias entre realidad y ficción. Y también en cuanto a los beneficios que ofrece a la salud.
Existen muchas variedades de cordyceps. De entre todas, la que nos interesa ahora es el Cordyceps sinensis, que crece en la región del Tíbet.
Se trata de un hongo parásito. Es decir, que vive a costa de sus anfitriones, siendo las orugas y las hormigas sus huéspedes más habituales.
Lo que hace el hongo es liberar unas esporas que quedan adheridas a la piel del anfitrión, pero también se adentran en su organismo ¡para controlar su cerebro y reprogramar su forma de comportarse!
En el caso de las hormigas, las obliga a trepar a las ramas de árboles para que claven sus mandíbulas en la corteza y queden así fijadas. Incluso cuando el insecto muere, lo que sucede poco después.
¿Por qué hace esto la hormiga? O, mejor dicho, ¿por qué quiere el cordyceps que su huésped se comporte de este modo?
Lo que ocurre es que las esporas del hongo que han quedado adheridas a la piel de la hormiga han seguido creciendo hasta formar un espolón como el que puede ver en la imagen.
Pues bien, el hongo se sirve de esta prominencia para diseminar sus esporas. Y al estar en un lugar estratégico, en lo alto de un árbol, puede llegar a muchos otros huéspedes para continuar expandiéndose.
Con las orugas lo que hace es obligarlas a enterrarse en el suelo, donde se va alimentando de los nutrientes de su cuerpo al tiempo que de su cabeza emerge un micelio que puede llegar a tener 10 cm de longitud.
De nuevo, este apéndice es lo que utiliza el hongo para dispersar sus esporas y seguir propagándose. Pero también es lo que ha hecho que el cordyceps se convierta en un sorprendente aliado de la salud.
La investigación científica y los micólogos llevan estudiando al cordyceps desde hace décadas, pero lo cierto es que la Medicina Tradicional China (MTC) ¡lo usa desde hace milenios!
Y es que ofrece sorprendentes propiedades gracias a su riqueza en minerales y vitaminas, así como en otras sustancias muy beneficiosas para la salud: polisacáridos beta-glucanos, ácido cordicéptico y palmítico, adenosina, cordicepina (o D-manitol), etc.
Todo ello hace que el micelio del cordyceps (es decir, el apéndice que se ha desarrollado en la cabeza de la hormiga) se tome -en forma de complemento nutricional- para tratar afecciones como la tos, las crisis de asma o la bronquitis. (1)
Pero sobre todo es conocido por su capacidad inmunoestimulante, lo que abre un sinfín de posibilidades terapéuticas. Por ejemplo, favorece la resistencia física y mental, ayuda a superar estados de convalecencia, fatiga general o debilidad inmunitaria e incluso se emplea para aumentar la libido. De hecho, esto último es lo que ha hecho que reciba el apodo de “viagra tibetana”.
¡Y aún hay más! Últimamente la investigación científica se ha centrado en sus propiedades anticancerígenas. Un metaanálisis demostró que el micelio del Cordyceps sinensis ofrece efectos citotóxicos frente a las células cancerosas, reduciendo el riesgo de metástasis. (2)
Además, a ello hay que añadir sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antialérgicas, antidiabéticas, analgésicas, antivíricas -en particular contra el VIH, virus responsable del sida-, antibacterianas y antifúngicas.
Dada la cantidad de propiedades que ofrece no es de extrañar que la demanda de este hongo se haya disparado en los últimos años. Y también que hayan surgido muchos otros productos de ínfima calidad, aprovechando el éxito.
Por ello, debe asegurarse de que el cordyceps que adquiere ofrece todos los beneficios que le he mencionado. Ha de tener una alta cantidad de adenosina y D-manitol. Y asegúrese de que se ha elaborado siguiendo un proceso de fermentación natural como el que aquí se indica.
Como ve, a veces la Naturaleza es de lo más caprichosa y consigue que de un hongo parasitario insidioso obtengamos un aliado sorprendente.
Ahora bien, lo cierto es que existen otros hongos que sí parecen sacados de la ciencia ficción. Por ejemplo, el parásito responsable de la toxoplasmosis, una enfermedad especialmente peligrosa para las mujeres embarazadas. Conozca aquí cómo manipula a su huésped para propagarse. ¡Le sorprenderá!
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