Los fármacos epigenéticos (que regulan el comportamiento de los genes) se emplean en los tratamientos frente al cáncer por su efecto antitumoral y, aunque ofrecen resultados positivos al inicio de la terapia, a largo plazo pueden originar tumores incluso más agresivos que los que trataban de combatir.
Estas son las conclusiones de un estudio(1) que quiso averiguar si algunos factores como la apertura de la cromatina (complejo formado por el ADN unido a proteínas) determina la acumulación de mutaciones que se dan en algunas partes del organismo. Y es que el cáncer surge precisamente como consecuencia de esa acumulación de mutaciones en las células.
En definitiva, esta investigación confirma que los fármacos que inhiben los factores epigenéticos pueden acabar haciendo más mal que bien a los pacientes, ya que afectan tanto a las características como al número de mutaciones que se acumulan en el organismo.
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