Uno de los problemas asociados al trasplante de médula ósea es que las células hematopoyéticas, una variedad de células madre caracterizadas por ser “creadoras de sangre”, pierden parte de su potencial. Esto ocurre porque, para aumentar su número de cara al trasplante, en el laboratorio se replican por medio de la división, pero este mecanismo acarrea un importante estrés metabólico que reduce considerablemente su acción.
De ahí que se lleve tiempo estudiando cómo mejorar la potencia de estas células madre. Y parece que un grupo de investigadores lo ha conseguido restringiendo la actividad lisosómica de las células, lo que conlleva que se liberen menos aminoácidos necesarios para la creación de nuevas células madre “creadoras de sangre” (1).
Siguiendo esta técnica lo que se consigue es que, aunque al final se produzcan en laboratorio menos células de este tipo, estas funcionen mucho mejor. En concreto, tienen 90 veces más potencia, como ya se ha confirmado con las primeras pruebas realizadas con éxito.
Raymond Liang, Tasleem Arif, Svetlana Kalmykova et al.: “Restraining Lysosomal Activity Preserves Hematopoietic Stem Cell Quiescence and Potency”. Cell Stem Cell. 2020.
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