Una nueva investigación ahonda en la profunda relación entre la microbiota y el cerebro, al señalar que gracias al cuidado de esa flora intestinal podemos hacer frente al estrés y prevenir o mitigar sus nefastos efectos sobre la salud.
Según sus responsables, esto se debería a que una disbiosis (o desequilibrio de la microbiota intestinal) puede reducir la presencia de bacterias beneficiosas y, en consecuencia, el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal puede sufrir una hiperactivación. En otras palabras, lasregiones del cerebro encargadas de responder al estrés se verían alteradas y, por ejemplo, aumentaría la producción de cortisol (la hormona del estrés), incluso cuando no esté teniendo lugar un evento estresante.
Pero también puede ocurrir que el cuerpo pierda la capacidad de regular esa respuesta al estrés y, por ello, cualquier situación estresante a la que nos enfrentamos en el día a día acabe teniendo un mayor impacto. Tanto sobre nuestra mente como sobre nuestro cuerpo.
La buena noticia es que los investigadores han identificado algunas bacterias clave para regular la respuesta hormonal del organismo en caso de estrés. Y entre ellas destaca el Lactobacillus Limosilactobacillus reuteri. Dicho de otro modo: interesa aumentar el aporte de esta bacteria en concreto para que el organismo pueda hacer frente al estrés de manera adecuada, evitando sus nefastos efectos sobre la salud.
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