Numerosos especialistas de salud natural llevan años pidiendo a la gente que se deshaga de los hornos microondas.
Estos expertos recuerdan que estos electrodomésticos fueron prohibidos en la Unión Soviética inmediatamente después de haber salido a la luz unos estudios que demostrarían (nótese el condicional) que provocaban la formación de compuestos carcinógenos.
Pero esos estudios, realizados en la década de los años 70, no han podido ser verificados.
La “campaña antimicroondas” fue lanzada en 1996 por la revista americana Nexus, que acusaba a estos electrodomésticos de destruir los nutrientes de los alimentos y de provocar todo tipo de enfermedades. (1)
Y, aunque le cueste creerlo, todo surgió con la muerte de una mujer que había recibido una transfusión de sangre calentada en el microondas.
La historia tuvo lugar en Estados Unidos.
Una mujer llamada Norma Levitt, que se había sometido a una operación de cadera en Oklahoma, murió después de recibir una transfusión de sangre que una enfermera había calentado previamente en el microondas. (2)
Antes de nada, aclarar que es algo normal calentar la sangre antes de realizar una transfusión. Lo que no es normal es hacerlo en el microondas. Y, aunque se trate de un suceso verdaderamente trágico, esta historia no demuestra que el microondas pueda convertir los alimentos en veneno.
Lo que sucedió en este caso es evidente: en el microondas, la sangre simplemente se coció. Y si usted le inyecta a cualquiera sangre cocida, ésta por supuesto no tendrá el mismo efecto que la fresca, a 37º C.
Por eso a mí no me extraña en absoluto que la pobre paciente muriese a causa de esa transfusión. Lo que verdaderamente me preocupa es que una enfermera haya podido hacer una chapuza semejante.
Una vez dicho esto, aquí va mi aviso sobre los verdaderos peligros del horno microondas.
El horno microondas fue descubierto por azar por el investigador americano Percy Spencer, que trabajaba en una fábrica de radares.
Un día, al pasar cerca de un radar encendido, notó que el bolsillo de su blusa se calentaba de repente. Metió la mano dentro y comprobó que la barrita de chocolate que tenía dentro de él se había fundido.
Era 1945. Dos años más tarde, se vendía el primer horno microondas.
¿Y cuál es su principio de funcionamiento?
El radar, como todos los emisores de radio, televisión y telefonía móvil, emite ondas electromagnéticas.
¿Y qué es una onda electromagnética? Un campo eléctrico acoplado a otro magnético. Una definición que no ayuda mucho, cierto, pero con lo que debe quedarse es con que se trata de una forma en que la energía se pasea por el espacio.
La energía se pasea y también actúa sobre las cosas. Por ejemplo, cuando una onda electromagnética se encuentra con un imán es capaz de empujarlo en una dirección o en otra.
Lo que ocurre con las moléculas de agua es que son como pequeños imanes. De hecho, se dice que están “polarizadas” porque están conformadas por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O) y que el oxígeno es más electronegativo que el hidrógeno.
Así, cuando se pone un alimento que contiene agua en el microondas, las ondas hacen moverse a las moléculas de agua a toda velocidad, muchos millones de veces por segundo.
Esta intensa agitación genera calor, como ocurriría en cualquier aula en la que 30 alumnos sobreexcitados corren en todas direcciones. O como cuando alguien simplemente se frota las manos con fuerza para calentarlas.
Esta es la razón por la que cuando se mete un alimento en el microondas nunca se calienta de un modo uniforme: las zonas que contienen mucha agua se calientan más rápido.
Ponga un bisté con judías verdes y las judías estarán ya calientes cuando la carne esté templada todavía.
Las moléculas de grasa y de azúcar están poco polarizadas. Por tanto, también se calientan en el microondas, aunque más lentamente.
Seamos claros desde el principio: cualquier forma de cocinar los alimentos provoca una disminución de su valor nutricional.
Por eso, para optimizar los aportes de nutrientes esenciales y antioxidantes es importante priorizar el consumo de alimentos crudos o cocinados a bajas temperaturas.
La destrucción de vitaminas y antioxidantes es máxima cuando los alimentos se cocinan a altas temperaturas o a presión: por ejemplo, en la olla a presión y a la barbacoa (éste último es sin duda el peor método), pero también al horno, en fritura o hirviéndolos. En este último caso todas las vitaminas y nutrientes solubles se van con el agua de la cocción, cuando no son destruidos directamente por el efecto del calor.
Por eso, lo mejor será que, si necesita cocinar un alimento, elija una forma de cocción suave.
Y realmente calentar la comida en el microondas es una fórmula de cocinado más bien suave, sobre todo si no se mantienen los alimentos dentro durante mucho tiempo.
Varios estudios científicos han abordado esta cuestión, con los siguientes resultados:
El microondas es verdaderamente eficaz para destruir las bacterias, por lo que puede hacer uso de él para desinfectar sus esponjas y trapos regularmente. Aunque le cueste creerlo, éste es un hábito excelente.
Sin embargo, lo que parte de ser una ventaja se convierte en un gran inconveniente cuando hablamos de comer alimentos ricos en bacterias buenas, esas que poseen un enorme beneficio para la salud: los probióticos.
Por lo tanto, debe evitar calentar o cocinar en el microondas sus alimentos fermentados, como por ejemplo el chucrut. Tampoco se deberían meter en el microondas los yogures. Aunque a priori suene extraño, algunas personas lo hacen antes de dárselos a los niños pequeños para que no estén tan fríos recién sacados de la nevera.
Y por lo mismo las madres no deben calentar en el microondas la leche materna que se hayan sacado previamente con un sacaleches y hayan guardado en la nevera para dar después a sus bebés. Esta leche contiene bacterias buenas que deben preservarse, ya que son muy beneficiosas para la salud del niño. (7)
El gran problema del microondas es el hecho mismo de su funcionamiento. Por eso si introduce en su interior un plástico con componentes tóxicos volátiles como bisfenol A o ftalatos, el vapor de agua los calentará y usted correrá el riesgo de que éstos pasen a su comida.
Evite por tanto el uso de recipientes de plástico en el microondas e incluso los de cartón industrial, en los que a veces se mezclan varios productos químicos.
Pero, ¡ojo!: esto también vale para el resto de formas en que se pueden cocinar los alimentos. El plástico emitirá exactamente la misma cantidad de perturbadores endocrinos si lo calienta de cualquier otra forma, en vez de en el microondas. Se me ocurren, por ejemplo, los biberones calentados al baño maría creyendo que así se elimina el riesgo de contaminación con el bisfenol A. Grave error.
Hay otra cosa que debe tener bien clara desde el principio: el microondas produce radiaciones electromagnéticas. Y ya sé que la palabra “radiación” puede resultar algo inquietante.
Sin embargo, la radiación que emite el microondas no es la misma que la de las bombas atómicas y las catástrofes nucleares.
No olvide que incluso la luz emite radiación electromagnética. Esto demuestra que no todas las radiaciones son igual de malas para la salud.
Los hornos microondas producen radiación no ionizante, similar a la del wifi o a la que emite el teléfono móvil, pero menos peligrosa. Y es que en principio las ondas del microondas permanecen en el interior del aparato al rebotar en las paredes de metal y en el cristal de la puerta.
No obstante, se suele aconsejar mantenerse siempre a una distancia de al menos 30 cm, pues la fuerza de su radiación disminuye notablemente con la distancia.
Además, debe vigilar que su microondas esté en buen estado. Si la puerta cierra mal, por ejemplo, o si un cristal está agrietado, de verdad, no se lo piense dos veces y cámbielo por otro.
Hay que decir que la mala reputación del microondas está muy arraigada en la conciencia colectiva. Basta con que eche un vistazo en internet y verá que se relatan experiencias verdaderamente inquietantes.
También se proponen extraños experimentos, como regar dos plantas en sendas macetas, una con agua del grifo y la otra con agua del grifo calentada en el microondas y luego enfriada. Se supone que la planta que ha sido regada con el agua del microondas muere en cuestión de unos días, y en alguna página he llegado a encontrar fotos que tratan de “dar fe” de ello…
Por supuesto, resulta imposible atribuir la muerte de una planta a que el agua con la que se ha regado fue previamente calentada en el microondas. ¡Es simplemente falso!
Aquí van unos cuantos consejos y trucos que debe tener en cuenta sobre el uso del microondas:
En definitiva, recuerde que en cualquier caso comer crudos o algo crudos los alimentos es la mejor forma de preservar todos sus nutrientes. Es algo verdaderamente lamentable, y de hecho también un poco absurdo, arruinar un buen plato de verduras o legumbres “bio” haciéndoles perder absolutamente todos sus nutrientes al dejarlas demasiado tiempo en el microondas.
Dicho esto, el microondas tiene la inmensa ventaja de ser increíblemente rápido y limpio. No hay necesidad de manchar cacerolas y puede “autolavarse” metiendo en él durante 2 minutos un bol con agua y unas gotas de vinagre y dejándolo actuar durante al menos 5 minutos más con la puerta cerrada (el vapor ayuda a limpiarlo después con mayor facilidad).
Además, permite una serie de trucos en la cocina que le pueden facilitar mucho la vida, como por ejemplo:
Por supuesto, el horno microondas no puede sustituir al placer de preparar nuestra propia comida, pasando un buen rato en la cocina y disfrutando de los olores de los productos frescos durante su elaboración… Pero sí es una buena solución para sacarnos de más de un apuro rápidamente.
Además, en cuanto a pérdida de nutrientes de los alimentos se refiere, el microondas provoca un empobrecimiento nutritivo menor que los asociados a otras formas de cocinar, exceptuando el vapor suave o las cremas, sopas y purés (en los que se aprovecha el agua de cocción, que acumula gran cantidad de los nutrientes que los alimentos pierden al cocinarse).
Fuentes:
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Lo uso hace años… solamente para calentar. Lo hago en plato blanco y el alimento lo pongo por las orillas del plato, al medio coloco lo que quiero poco calentado.
Jamás he tenido un problema, nunca he descongelado alimentos, los bajo del congelador en la noche y al otro día los caliento sin problemas.
Nunca pongo verduras, como solo las que no se cuecen, ni agua, solo caliento mi comida.
No sé que haría sin él…
No conozco ningún microondas que no deje escapar las ondas. Yo personalmente las he medido y los niveles son peligrosos en todo el cuarto donde está situado. Por lo tanto la radiación del microondas es tan peligrosa como el WIFI el Móvil o el Teléfono Inalámbrico.
El horno microondas no produce ningún daño cuando se le usa correctamente, lo que pasa es que algunas personas, probablemente profesionales en su afán de notoriedad, crean falsas informaciones como por ejemplo, cuando algunos dijeron que las ondas electromagnéticas de los celulares producían una serie de enfermedades especialmente a los niños… nada más lejos de la verdad.
Nosotros vivimos en constante radiación de diferente tipo, las de alta frecuencia no producen ningún daño, como las emisoras de radio, de televisión, radio aficionado, banda ciudadana, etc.
Lo que si produce daño son las radiaciones de baja frecuencia, como por ejemplo, una estación de energía eléctrica de (60 hz) todo esto comprobado medicamente.
Ustedes saben cuál es la potencia de teléfono celular? Menos de un vatio.
En conclusión mucha gente opina por figurar o por ignorancia, sin darse cuenta, aparentemente, del daño que hacen.
Atentamente
Lucas RW
Hola me a gustado su relato del microondas, ¿podrían comentar los peligros de cocinar en cocina de inducción o vitro? Gracias
Muy buen artículo. Para mí el microondas es un electrodoméstico estupendo.
En mi casa se usa mucho. No sé qué haría sin él.
Interesante artículo, no sabía lo de los ajos y el brócoli, aunque nunca se me ocurrió meter esos alimentos al microondas. El brócoli de hecho no lo uso, sé que es muy bueno, pero sencillamente no me hago el hábito de consumirlo. De hacerlo lo haría crudo bien picado, porque cocido y al vapor no me gusta. Igual, muy esclarecedor el artículo.
Lo de secar verduras es lo que me puede servir, voy a intentarlo cubriéndolo con un paño, ¿alguna recomendación de qué tipo de tela usar?