Tener una mala calidad del sueño cuando ya se ha entrado en la mediana edad afecta al correcto funcionamiento del cerebro. Y lo hace hasta tal punto que es como si envejeciera de golpe. Así lo ha concluido un estudio que ha contado con 589 personas de 40 años de media(1), quienes realizaron cuestionarios sobre la calidad de su descanso a lo largo de 5 años. Y también se sometieron a escáneres cerebrales, hasta 15 años después del inicio del estudio.
A partir de esos datos se determinaron 6 características de un sueño deficiente: corta duración, mala calidad, dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormido, despertarse antes y somnolencia diurna. Asimismo, los participantes se dividieron en tres categorías: baja si experimentaban solo una de esas características, media si eran entre 2 y 3, y alta si tenían más de 3.
Pues bien, los investigadores observaron que las personas con una calidad del sueño media presentaban, a nivel cerebral, características de envejecimiento equivalentes a 2 años más, en comparación con las que tenían una buena calidad de sueño. Es decir, el cerebro de esas personas mostraba signos de envejecimiento acelerado. Y, en el caso de la categoría más alta (con al menos 3 características de un sueño de mala calidad), esa edad cerebral era de casi 3 años más. Por último, este envejecimiento prematuro del cerebro era aún más significativo si el sueño deficiente continuaba durante 5 años.
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