Un reciente estudio realizado por la Obesity Society de Estados Unidos(1) presenta la obesidad bajo una nueva perspectiva: el de una enfermedad crónica que se debe a factores fisiológicos, por lo que requiere de tratamientos individualizados y basados en la fisiología de cada persona para obtener éxito.
Y es que han llegado a la conclusión de que la sobrealimentación no produce obesidad, sino que es la obesidad la que produce la sobrealimentación. Por tanto, la subalimentación (comer menos por medio de una dieta restrictiva) no va a resolver el problema, ya que existen muchos subtipos de obesidad. De este modo, el primer paso es diferenciarlos correctamente para predecir cuál es el tratamiento que va a funcionar en cada caso.
Tras analizar los diferentes tratamientos que existen actualmente para hacer frente la obesidad, han deducido que los que realmente funcionan son: seguir una dieta saludable, hacer ejercicio, reducir el estrés y mejorar los hábitos de sueño para conseguir un descanso reparador.
Por el contrario, la restricción calórica por medio de la dieta nunca va a funcionar, especialmente si parte de los mismos alimentos que se consumían antes. Y lo mismo ocurre con los fármacos que evitan la absorción de grasas o con los dispositivos quirúrgicos (globo intragástrico).
Fuentes:
Artículos relacionados