Cuanta más grasa abdominal haya, ya sea en forma de tejido adiposo subcutáneo o visceral (alrededor de los órganos), peor salud mental se tendrá y más riesgo habrá de desarrollar alzhéimer.
Esta es la conclusión de un reciente estudio(1) que, además, ha querido señalar el error que supone usar el peso o el índice de masa corporal (IMC) como factores de riesgo de deterioro cognitivo y alzhéimer, tal y como habían apuntado otras investigaciones. Y es que los responsables del nuevo estudio señalan que estos parámetros no son fiables a la hora de reflejar la obesidad de una persona porque no muestran la verdadera distribución de grasa en el cuerpo.
Por ello, en el nuevo estudio se analizó la composición del tejido adiposo abdominal, así como el volumen cerebral y la función cognitiva de 204 adultos de 59 años de media y cuyos padres habían sufrido alzhéimer. Y los resultados han mostrado que, a más tejido adiposo visceral, el volumen cerebral es más pequeño y la función cognitiva también es más baja. Especialmente en el caso de los hombres, sobre todo si cuentan con antecedentes familiares de alzhéimer.
1. Sapir Golan Shekhtman, Ethel Boccara, Ramit Ravona-Springer et al.: “Abdominal fat depots are related to lower cognitive functioning and brain volumes in middle-aged males at high Alzheimer’s risk”. Obesity. 2024.
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