Una menor exposición al humo del tabaco reduce el número de fallecidos por cáncer. Así lo asegura un reciente estudio realizado en Estados Unidos(1) que señala que la menor exposición al humo del tabaco que ha tenido lugar en las últimas décadas, gracias a las medidas antitabaco instauradas en el país, ha conllevado una incidencia más baja en la mortalidad por cáncer.
En el estudio se realizó un seguimiento a más de 11.800 personas mayores de 40 años. Pudieron observar así que, entre los años 1988 y 2004, la mortalidad por cáncer en norteamericanos adultos no fumadores se redujo en un 36%. Asimismo, comprobaron que el 46% de las muertes evitadas fue consecuencia directa de la menor exposición al tabaquismo pasivo en lugares públicos (bares, restaurantes, centros de ocio, etc.), y que un 18% se debió a una menor exposición en los centros de trabajo.
Estos resultados confirman la efectividad de las medidas tomadas hace años en Estados Unidos para prohibir el tabaco en los lugares públicos (en muchos barrios no se puede fumar ni en los parques) y de trabajo.
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