Con la edad el tiempo pasa más rápido. No es solo una sensación, la ciencia demuestra que el paso del tiempo es más rápido a medida que cumplimos años, sobre todo desde que pasamos el ecuador de nuestra vida.
¿Tiene la sensación de que el tiempo pasa más rápido a medida que cumple años? Es un fenómeno que muchos hemos experimentado y que puede generar cierta nostalgia e incluso ansiedad.
Para empezar, es importante señalar que la sensación de que nuestra vida se acelera a medida que cumplimos años es algo muy común. De hecho, según un estudio publicado en la revista Psychology and Aging, el 80% de las personas mayores de 60 años experimentan esta sensación. (1)
¿Es solo una percepción subjetiva o hay una explicación científica detrás de ello? Descúbralo.
A medida que envejecemos, nuestra percepción del paso del tiempo se vuelve más subjetiva.
Por ejemplo, cuando somos niños, todo es nuevo y emocionante, y cada día parece durar una eternidad. Pero a medida que envejecemos nuestra vida se vuelve más rutinaria, predecible, y nuestra atención se centra en las tareas y responsabilidades diarias. Como resultado, nuestra percepción del tiempo se acelera.
Es decir, que nuestra experiencia del tiempo está influenciada por nuestras emociones y por la cantidad de información que procesamos.
Además, a medida que envejecemos, nuestra capacidad para recordar el pasado disminuye. Las personas mayores tienen más dificultades para recordar eventos específicos de nuestro pasado reciente.
Y esto puede hacer que la sensación de que el tiempo pasa más rápido sea más pronunciada, ya que hay menos recuerdos para “rellenar” el tiempo.
Es a partir de cumplir los 40 años cuando se percibe que el tiempo pasa más rápido que cuando se es más joven.
Otro descubrimiento fascinante que los investigadores han hecho recientemente es la relación del tiempo con los latidos del corazón. Pues bien, resulta que nuestra percepción del tiempo no es continua, sino que puede “saltar” de un momento a otro.
Esta investigación muestra que la experiencia del tiempo se sincroniza y cambia con la duración de la frecuencia cardíaca. Esta, en reposo, suele oscilar entre 55 y 70 latidos por minuto y se incrementa con el estrés físico y psíquico.
Lo que viene a concluir es que no experimentamos el paso de los minutos y las horas de manera uniforme, sino que hay momentos en los que parece que todo se detiene y otros en que las manillas del reloj giran a toda velocidad.
¿Cuál es la base científica de la impresión de que algunos días transcurren más lentos que otros?
Por lo general, tendemos a centrarnos en lo inusual (la sorpresa) y no en lo presente. La razón es que el “tiempo de reloj” medible no es el mismo que el percibido por la mente humana.
El “tiempo de la mente” es una secuencia de imágenes, es decir, reflejos de la naturaleza que son alimentados por estímulos de los órganos sensoriales.
Y la velocidad a la que se perciben los cambios en las imágenes mentales disminuye con la edad, debido a varias características físicas que cambian con la edad: la frecuencia de los movimientos sacádicos (los que realizan ambos ojos cuando están observando algo; una persona normal realiza más de 200.000 al día) o el tamaño corporal, por ejemplo. (2)
Además, las personas percibimos el transcurrir vital de distinta manera. Una razón es que la mente joven recibe más imágenes durante un día que la misma mente en la vejez.
Dicho de otra manera, si la esperanza de vida se mide en términos del número de imágenes percibidas durante la vida, entonces la frecuencia de imágenes mentales en la juventud es mayor que en la vejez.
Y por ello las personas mayores ven más lentamente, pero sienten que el tiempo pasa más rápido.
Algo tan sencillo como cuidarse para estar sano y dormir bien, lleva a una ralentización del tiempo de la mente.
Parar el reloj de la vida es imposible pero sí que podemos tratar de vivir en el momento presente y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Está estudiándose que las personas que se centran en el presente y en las emociones positivas, tienen una percepción del tiempo más lenta.
Además, también es importante mantenerse activo. Esto puede ayudar a conservar una sensación de propósito y de significado de la vida que nos ayude a disfrutarla más, “saboreando” el paso del tiempo.
En resumen, la sensación de que el tiempo pasa más rápido a medida que cumplimos años es un fenómeno común que tiene una base científica. A medida que envejecemos, nuestra percepción del tiempo se vuelve más subjetiva y nuestra capacidad para recordar el pasado disminuye, lo que “acelera” el paso del tiempo.
Llene su vida de momentos intensos, sea activo y conseguirá que el cronómetro vital le sonría.
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Tengo 69 años cumplidos y puedo afirmar sus escritos. Gracias por compartir la información de la experiencia y de la verdad de sus resultados.