Ya lleva un buen rato dando vueltas en la cama sin parar, va por la número veinte, y no deja de oír esa repetición machacona: “Oh, qué mala suerte tengo”… “¿Por qué me tiene que pasar siempre a mí?”… “Soy un fracasado”…
Y ese tiovivo infernal sigue dando vueltas, cada vez más deprisa, dentro de su cabeza.
De nuevo se encuentra en compañía de ese terrorista que le ha secuestrado el cerebro y, en los casos más graves, va a estar actuando todo el día. No le va a abandonar, salvo quizás en los raros momentos de olvido inducidos por usted mismo. Por ejemplo:
Es lo que se denomina “pensamientos rumiantes” o darle vueltas a algo sin parar.
Según el psiquiatra Christophe André:
“Rumiar es centrarse, de manera repetida, circular y estéril en las causas, los significados y las consecuencias de nuestros problemas, nuestra situación y nuestro estado de ánimo.
Al rumiar creemos que estamos reflexionando pero, en realidad, no hacemos más que enredarnos y hundirnos. Rumiar amplifica los problemas y el sufrimiento y reduce el espacio mental que debe ocupar el resto de la vida (en especial para lo bueno y los instantes felices).
Y, sobre todo, pone en marcha reflejos y hábitos negativos, puesto que frente a las dificultades, les damos vueltas sin parar, en lugar de resolverlas (aunque sea con imperfecciones) o tolerarlas, siguiendo a pesar de todo con nuestra vida” (1).
La mayoría de los pensamientos desfilan por nuestro campo de conciencia sin que los hayamos escogido; podemos orientarlos, pero eso exige un esfuerzo, y lo más normal es que dejemos que los pensamientos fluyan de manera espontánea, sin intentar controlarlos.
Este fenómeno es positivo, es el que nos permite tener ideas nuevas y a veces fecundas. Al volante, mientras conducimos, los pensamientos se arremolinan y, de repente, surge una idea genial, prácticamente de la nada.
Por desgracia, ese mismo fenómeno también puede provocar ideas “inútiles, absurdas, detestables”, según Jacques Van Rillaer, profesor emérito de Psicología en la Universidad de Lovaina. (2)
Los pensamientos automáticos, tal como explica, pueden causar de este modo un sufrimiento profundo. Entre los peores encontramos:
“Esas inquietudes son dos veces más frecuentes entre las mujeres y vienen acompañadas de una sobreactivación del sistema nervioso ortosimpático y de tensiones musculares”, explica el Prof. Van Rillaer. (3)
Esa angustia atañe por lo general o bien al trabajo (o a la escuela, en el caso de los más jóvenes) o bien al aspecto físico, con el miedo a no obtener la aprobación de nadie, al rechazo de los demás y el miedo a la soledad.
Se trata de pensamientos abstractos, descontextualizados (“¿Por qué soy tan feo, tan inútil…?”), que, por lo tanto, no desembocan en ninguna posibilidad de acción.
Estas inquietudes avasalladoras son la principal causa de insomnio.
Un círculo vicioso se pone en marcha: en un primer momento, la persona no llega a dormirse porque sus pensamientos negativos le estresan pero, en un segundo momento, también le asalta el miedo a no poder dormirse como querría lo que, por lo tanto, añade más angustia a sus tensiones, y así le es mucho más difícil conciliar el sueño. (4)
Y lo peor es que esos miedos se acaban convirtiendo en realidad. Así, el temor a ser rechazado y no ser apreciado, por desgracia, se acaba por cumplir: las personas que rumian pensamientos negativos tienen tendencia a expresar su visión negativa de sí mismos y del mundo en voz alta, lo que acaba por irritar a su entorno, que se aleja de ellas.
Y así es como estas personas se encuentran verdaderamente solas, lo que les da la falsa idea de que sus pensamientos negativos llevaban la razón.
Para tratar el pensamiento rumiante, la primera solución consiste en actuar sobre las causas externas. Si la persona sufre debido a un conflicto real en el trabajo o en el seno de la pareja, es básico atacar de raíz el problema. Tomar medicamentos en este tipo de situaciones sería lo peor, pero es que en este caso concreto las soluciones naturales (plantas, terapia comportamental…) tampoco van a funcionar.
Lo mismo ocurre si el pensamiento rumiante viene provocado por un estado de salud deteriorado o por los dolores que provoca una enfermedad física o incluso un trastorno obsesivo compulsivo. En ese caso, por supuesto, hay que tratar la enfermedad como tal, con los tratamientos específicos.
Dicho esto, en el caso de los pensamientos rumiantes que persisten una vez se ha solucionado el problema subyacente, existen técnicas eficaces.
Tienen la impresión de tener que vérselas con un verdadero problema que les exige que reflexionen sobre esta situación, en especial para dar con una solución. Entonces es imprescindible convencerlas de que el pensamiento rumiante interminable es, al contrario de lo que piensan, dañino e inútil, y que dejen de tener la falsa idea de que están haciendo algo útil cuando le dan vueltas.
Una vez se hayan convencido de ello, van a poder actuar para librarse.
Por ello, durante 30 minutos la persona se obliga a rumiar y escribir sus malos pensamientos, los más duros, únicamente ésos y sin ningún tipo de interrupción, siempre en el mismo lugar y a la misma hora. La sesión supone también la ocasión de reflexionar sobre soluciones concretas a sus problemas o intentar contemplarlos de un modo que sean aceptables.
Una vez finalizada la sesión, debe combatirse toda irrupción de malos pensamientos gritando ¡stop! pero sin suprimirlos. Sencillamente se aplazan hasta la siguiente sesión, del mismo modo que la reflexión sobre las soluciones.
En cuanto al aspecto físico: “En este momento, ¿hay alguien que manifiestamente me esté observando ese defecto físico que tengo y le esté dando una gran importancia? ¿O ese defecto molesta sobre todo porque yo mismo me veo desagradable y, debido a ese problema, he renunciado a acercarme a los demás, mostrar mi mejor sonrisa y ser amable?”
Unos ejercicios de respiración y relajación también pueden ayudar.
Lo que importa es que las sesiones no tengan lugar en la cama ni por la noche para evitar que nos invadan los pensamientos negativos justo antes de dormir.
Se trata de una sesión de meditación en la que, como los budistas, observamos los pensamientos como si fueran externos a nosotros.
“Por ahí desfilan todos mis pensamientos, los produce mi cerebro, pero no forman parte de mí”. Los observamos durante entre diez y veinte minutos como un nubarrón en el cielo, relajados y con los ojos cerrados.
Esta técnica ha sido objeto de una gran cantidad de estudios, libros y artículos, en los que no me voy a detener; tan solo le diré que es muy eficaz contra los pensamientos rumiantes. (6)
Hay que destacar que esta técnica es también beneficiosa contra otros numerosos problemas de salud (en especial los dolores).
Uno de los métodos más seguros contra los pensamientos rumiantes es decidirse a evitar que nos bloqueen, y eso es lo que los psicólogos llaman “activación conductual”, por la que rechazamos obedecer las órdenes del terrorista que nos tiene la cabeza secuestrada.
Los psicólogos hablan de “la metáfora del conductor del autobús escolar”, según la cual el chófer sabe adónde quiere ir, pero detrás de él, los niños no paran de gritar: “¡Pare!”, “¡Acelere!”, “¡A la izquierda!”, cantando sin parar.
Los gritos molestan al conductor, pero avanza sin obedecer las órdenes de los diablillos. Tampoco quiere hacerlos bajar, sino que mantiene el rumbo, contra viento y marea.
El principio es esforzarse por actuar haciendo todo lo posible por ignorar al terrorista que le ha secuestrado. Esa es la mejor manera de detenerlo: no hacerle el mínimo caso. Esperar a que, espontáneamente, se desanime.
Ya sé que no es tarea fácil, pero si padece este duro problema, sepa que le ayudará.
No dude en escribirme o en compartir sus reflexiones, trucos y avances haciendo clic en este enlace. Servirá de ayuda a los demás lectores (siempre respetando su anonimato, por supuesto).
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Fuentes:
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Felicidades por este post: muy útil y práctico, ya que es un mal demasiado común el de ese «terrorista interno», cuando en realidad nosotros deberíamos ser los mejores amigos de nosotros mismos.
Esos «niños» del bus escolar nos acompañarán siempre; confiemos que en poco tiempo comiencen a cantar canciones agradables y a felicitarnos por nuestro buen saber hacer en la carretera.
A mí me ha ayudado cuando me produce angustia un pensamiento, ya sea de un remordimiento sobre algo que ha sucedido hace años o algo que me acaba de pasar hace segundos, el tratar de identificarlo como algo biológico, como una reacción química que sucede en mi cerebro. Si lo acorralo así, se diluye y desaparece…
Supongo que lo que apuntáis sobre el verlo como algo que realmente no eres tú, sino un pensamiento que ha llegado volando y se ha posado en tu mente como un insecto maligno y no deja de molestarte, haciendo que te identifiques con el como si fueras el, es más o menos lo mismo.
Hola amigos,
Después de probarlo todo, primero mi madre desde que yo tenía 8 años y luego yo solo, por suerte y harto de probar distintas cosas, a los 24 años encontré la Meditación Trascendental de Maharishi, la probé sin creerme nada, pero sin necesidad de creerme nada llevo ya 36 años aprovechándome de sus beneficios, sin medicinas y por suerte sin más estrés, con un mejor sistema nervioso, durmiendo bien y tranquilizándome yo mismo de forma natural, fácil y sin esfuerzo.
Puede informarse en http://www.meditaciontrascendental.es
Se aprende sólo personalmente de profesores certificados, los hay en Madrid y en otras partes de España.
Les hablo con sinceridad desde mi experiencia y la de cientos de personas que he conocido en estos años.
Atentamente,
Cuando mi pensamiento es muy recurrente, intento pensar en un mar en calma muy azul.
Existe una práctica en el Budismo del Norte; «Gran Vehículo», que se practica en el Kung-fu Interno; Se llama: «Vuelo de pájaros en el Horizonte»; y trata de Observar en postura de Meditación; cómo nacen, brotan, crecen, ocupan toda la Mente: los Pensamientos, al igual que aparecen los pájaros volando; tal como observamos dicho Vuelo, Observamos los Pensamientos, cómo aparecen, crecen, ocupan toda la Mente y por fin por ellos mismos desaparecen en el Horizonte.
Hola, me gustaría saber más sobre la activación conductual.
Siempre que veía esto en mi gmail le daba a borrar, hoy me he decidido a leerlo, es muy bueno el artículo de los rumiantes. Yo soy una de ellos, me ha servido de mucho, mañana volveré a leérmelo otra vez.
Un saludo.
Miren, normalmente los estados de ansiedad, estrés, nerviosismo, migrañas, son un estado en el que entra la personalidad y el daño viene de dentro de uno mismo; correcto.
Sin embargo discrepo parcialmente de que los remedios naturales ayuden poco. Cansado de neurólogos y loqueros (lo siento, no todos, pero algunos demuestran ser eso, o peor aún: pastilleros destructores de la salud); el caso es que al enviar a paseo un tratamiento de Depakine, me entró el «síndrome de abstinencia» o lo que sea, caí en una fuerte depresión y mi autoestima era nula.
Recuerdo que de joven me dieron un medicamento o vacuna para remediar una gastritis crónica, nunca más estuve del todo bien del tránsito intestinal. Total que un Dtor en medicina alternativa me trató la flora intestinal con Omega 3, Régimen alcalino, nada de leche de vaca ni dulces, poco pan, Etc..,. Según este Dtor hay una conexión directa cerebro-estado de ánimo-intestino, (el intestino está plagado de neuronas). Me enseñó a respirar según la técnica de la «coherencia cardíaca» (respiración ventricular, por debajo del diafragma). Milagro, tuve un subidón de aúpa, no me lo podía creer; ahora sigo el régimen, Gaba y TP5 y bueno, a mis 68, mejor que a mis cincuenta, lo mejor; no me noto los efectos secundarios de los medicamentos que me daban los «pastilleros o loqueros».
Mal negocio para los Lobis Farmacéuticos. ¿No creen?
Hola me llamo Jose y llevo arrastrando un pensamiento negativo ya 32 años, he sufrido mucho desde entonces, he visitado a muchos psicólogos y psiquiatras e incluso he intentado la hipnosis, pero nunca han podido borrarme ese pensamiento de mi cabeza.
Tengo ya 52 años y ya no sé qué camino tomar para solucionar mi problema.
Un saludo
Yo tenía un pensamiento obsesivo y tras 9 años el Dr. Jaume Bordas de Barcelona me lo quitó en 3 sesiones. Ya en la primera me noté algo diferente, como que estaba mejor.
Fue en su etapa en los 80′ y adelante, cuando era entrevistado como parapsicólogo en los medios, cuando lo conocí. No sabía que llegaría a ayudarme en el 2019.
José, no sé si te servirá mi respuesta por lejanía, pero en Barcelona está el Dr. Jaume Bordas, hipnólogo clínico que conocí al ser entrevistado por su faceta de parapsicólogo en medios de comunicación ya recuerdo en los años 80′ cuando yo era pequeño.
Pues para el que lo tenga cerca o pueda visitarse con él, mi total recomendación después de que me ayudara en solo 3 sesiones con un pensamiento obsesivo que trabajaba en segundo plano.
Fue en el 2019, después de 9 años desde iniciarse, que ya al salir de la primera sesión me noté diferente y mejor.
La mente es un puzzle y hay que colocar correctamente las piezas…
Si te repites en tu mente cien veces «Estoy separado, estoy solo. …….. Estoy separado, estoy solo»…
Así te sentirás. Solo y desgraciado.
Pero la mente puede aprender a rechazar ese pensamiento destructivo.
Mi técnica consiste en bloquear ese pensamiento y decir «No voy a pensar en eso».
En ese instante hay que pensar en cualquier otra cosa que haya cerca de ti y que sea fácil.
Un árbol, una ventana, un coche, un cuadro.
Luego volverá el pensamiento destructivo nuevamente. Otra vez, hay que rechazarlo y pensar en lo que tengamos fácil a mano: Una mesa, un plato, un zapato, una mano, un pie.
Al hacer esto varias veces, la mente aprenderá que ese pensamiento hay que rechazarlo y poco a poco lo va eliminando. Se irá reduciendo el número de veces que llega el pensamiento a la mente, hasta que finalmente desaparece y queda uno liberado.
Jose G:
preguntale a Alejandro Jodorosky.
buscalo por internet o por face Book
Muy bueno yo también me identifico con esto y la verdad se pasa mal.
A mi lo que me pasa es que tengo muchos problemas digestivos y son los que no me dejan vivir, es mi tendón de Aquiles. Me han hecho toda clase de pruebas y no tengo en principio nada , tomo anti depresivos por ese motivo, padezco de colon irritable, y la verdad no sé ya qué pensar.
Es interesante el contenido de este artículo, ya que nos ilustra tanto como cultura general como apoyo a esas personas que les cuesta conciliar el sueño, debido al terrorista que ha secuestrado sus pensamientos.
Excelente aporte. A veces resultamos ser nuestro propio enemigo por falta de conciencia y orientación. No contamos con una guía que nos ayude a manejar estos llamados pensamientos rumiantes; aunque contemos con lecturas que nos pueden ayudar siempre será bueno consultar con especialistas en el tema que puede apoyarnos en todo el proceso.
Yo llevo más de 5 años padeciendo ansiedad e insomnio. La verdad es que no sabía a qué debía mi malestar y los médicos no me ayudaban… pero ahora puedo comprender que han sido estos pensamientos rumiantes los que me han causado este gran malestar… quisiera aprender a combatirlos para que ya no sigan dominando mi vida mi salud
Me gustaría saber de verdad como se puede eliminar el auto dialogo continúo con uno mismo. Realmente agota y no lleva a ningún sitio
Yo llevo años con una misma obsesion, cuando me pongo nerviosa por algo ya empieza el mecanismo. Es como si se apoderará de mi mente un allí en pq hasta siento dolor en la frente. Y ya empiezo a pensar q me va a dar algo, q me voy a volver loca y cuánto más lo pienso peor pq termino poniéndome mala y hasta me sube la tensión. Es angustioso, incluso llego a pensar q me estoy quedando calva y como pienso q si lo pienso y me obsesiono pues peor va a ser pq el folículo se estrecha parece q es aún peor y me hago sabotaje. Pero no entiendo por qué lo hago es no puedo controlarlo y de verdad q me da ya miedo a tener miedo.
Hago yoga, mindfulness, meditación pero nada, en cuanto se dispara el mecanismo ya es un día entero o más en los q termino tomándome ansiolíticos
Hola, ¡Me gustó mucho el artículo! Me enteré de los pensamientos rumiantes por una amiga, pensé que eran comunes y nos pasaba a todos, pero no, son enfermizos y nos generan mucho sufrimiento.
Una vez estuve 3 días sin comer ni dormir por pensamientos rumiantes, aparecen más fuertes ante situaciones de estrés o inesperadas que buscamos circularmente una solución pensando.
Si es muy fuerte, la clave es conectar con el presente en ese momento, hacer crosfitt o alguna actividad física de concentración, me ayuda la respiración y meditación. Si no son tan fuerte, concentrarnos en algo o distraernos con otra cosa como una serie y solo se va.
Escribir también nos sirve porque nos conecta con el momento, nos hace concentrarnos.
Evitar situaciones que nos hacen “pensar de más”, como fumar un cigarro, o marihuana. Quedarnos dando vueltas en la cama, etc.
Creo qué hay que entender y abrirse a que todo puede pasar, que no tenemos el control de las cosas, y hasta encontrarle el “gustito” a lo inesperado.