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Perder grasa tiritando

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Cinco estudios publicados hace ya casi una década demostraron que los adultos poseen una grasa parda (también llamada grasa marrón) que, en lugar de almacenar lípidos como hace la grasa blanca, quema calorías. (1)

Con anterioridad se sabía que los niños lactantes poseen esa misma grasa parda, que les sirve para producir calor y evitar la hipotermia, y que también es abundante en el caso de los animales que hibernan. Al final de invierno esa grasa marrón se activa para quemar la grasa blanca y así calentar al animal al despertar.

También encontramos grasa parda en los pequeños mamíferos que viven en zonas frías, a quienes ésta les sirve como “radiador” integrado.

Pero la ciencia siempre creyó que los humanos adultos no tenían esa grasa.

De acuerdo con un artículo publicado en la revista francesa La Recherche: “esta convicción estaba tan arraigada entre los especialistas en fisiología humana que durante años no la pusieron en duda a pesar de que diversas observaciones invitaban a hacerlo. Hay que decir, sin embargo, que dichas observaciones se habían realizado en un campo de investigación un tanto alejado del suyo: el diagnóstico por imagen en oncología. Y que, además, los artículos habían sido publicados en medios especializados en medicina nuclear, poco susceptibles de llegar a sus manos”. (2)

Efectivamente, los cancerólogos suelen localizar los tumores buscando tejidos que consumen muchas calorías. Pero eso les llevó a darse cuenta de que hay zonas del cuerpo adulto que, sin ser cancerosas, queman muchas más calorías que otras: las zonas con grasa parda, que se encuentran a lo largo del cuello y las clavículas.

Las células de grasa marrón, denominadas según la terminología médica “adipocitos marrones” (adipocito: término proveniente del latín “adip”, que significa grasa, y “kyto”, célula en griego), son muy diferentes de las de grasa blanca. Son muy ricas en mitocondrias, que actúan como pequeñas centrales eléctricas de las células.

Para permitir a la célula cumplir sus funciones (como por ejemplo contraerse, en el caso de las células musculares), estas mitocondrias no producen energía celular, sino que generan calor. Es lo que denominamos “termogénesis”.

Dicho de otra forma: si usted posee mucha grasa parda, ésta quemará calorías.

La grasa marrón contra la diabetes y la obesidad

El doctor Paul Lee, del Instituto de Investigación Médica Garvan, en Sidney (Australia), explica que “el interés por el control de la grasa parda ha aumentado mucho en los últimos años, ya que su capacidad para quemar energía lo convierte en un posible medio terapéutico para combatir la obesidad y la diabetes”. (3)

Sus investigaciones demuestran que 50 g de grasa parda permiten quemar hasta 50 g de grasa blanca al día (o lo que es lo mismo, 300 kcal).

Además, las personas que poseen mucha grasa marrón también tienen menos glucosa en sangre. Es decir, la grasa marrón permitiría luchar al mismo tiempo contra la obesidad y la diabetes.

Tan importante es este hallazgo que la ciencia ya se ha puesto manos a la obra en la búsqueda de una fórmula que permita generar grasa parda en organismos adultos. De hecho, un reciente estudio realizado en ratones ha demostrado que un fármaco es capaz de reprogramar las células y convertir la grasa blanca en grasa marrón. (4)

Pero la buena noticia es que es no se necesita ningún fármaco para ayudar a las células de grasa blanca a convertirse en células de grasa parda; esto puede conseguirse naturalmente.

Encuentro Artrosis

Producir grasa “buena” de forma natural

Varias investigaciones han demostrado que es posible aumentar las cantidades de grasa marrón simplemente llevando menos ropa de abrigo, durmiendo a una temperatura un poco más fresca e incluso, aunque le sorprenda leerlo, llegando a tiritar. Ahora entenderá por qué. (5) (6)

Permanecer durante 10 ó 15 minutos al día a una temperatura lo suficientemente fresca como para que ésta le haga tiritar un poco aumentará tanto sus niveles de grasa “buena” (parda) como el ejercicio físico moderado.

Tiritar de frío es una reacción natural de contracción de los músculos para producir calor y calentar el cuerpo cuando la temperatura es insuficiente. Los escalofríos aparecen cuando la temperatura ambiente desciende por debajo de los 16º C y no llevamos ropa que abrigue demasiado.

La conversión de la grasa blanca en grasa parda se produce bajo el efecto de una hormona, la irisina, descubierta por investigadores de la Universidad de Harvard en 2012 y que es generada por los músculos mientras se realiza ejercicio físico, pero también mientras se tirita de frío.

De acuerdo con las pruebas realizadas por este equipo de científicos norteamericanos, se fabrica tanta irisina tiritando de frío entre 10 y 15 minutos como montando una hora en bicicleta.

Pero el efecto es todavía más notable en aquellos que se acostumbran a vivir, y sobre todo a dormir, a una temperatura más bien fresca.

Un estudio publicado en junio de 2014 en la revista Diabetes asegura que dormir en una habitación a 19º C aumenta entre un 30 y un 40% la cantidad de grasa parda, mientras que por el contrario dormir a 27º C la reduce. (7)

Durante la jornada, mantener la temperatura ambiente de las estancias en las que se encuentre a 19º C es más más que suficiente. Desgraciadamente la tendencia actual es a caldear cada vez más los ambientes, y muchas personas, sobre todo las más mayores, acostumbran a poner el termostato a 22º C, una temperatura que disminuye notablemente sus niveles de grasa parda y provoca un aumento de peso.

 

Fuentes:

  1. Estudios llevados a cabo por Saverio Cinti, de la Universidad de Ancona, junto a Jan Nedergaard y Wouter van Marken Lichtenbelt, de la Universidad de Maastricht; Ronald Kahn, del Joslin Diabest Center de Boston; Pirjo Nuutila, de la Universidad de Turku, en Finlandia, y Masayuki Saito, del Tenshi College en Sapporo.
  2. “4 Graisse brune contre graisse blanche”. La Recherche. Enero, 2010.
  3. Whiteman, Honor. «Shivering ‘as good as exercise’ for producing brown fat.» Medical News Today. MediLexicon, Intl., Web. Febrero, 2014.
  4. Nie, Baoming et al. “Brown Adipogenic Reprogramming Induced by a Small Molecule”. Cell Reports, Volume 18, Issue 3, 624 – 635.
  5. Marie Ellis. ‘»Good’ brown fat stimulated by cold, study shows». Medical News Today. MNT. Junio, 2014.
  6. Irisin and FGF21 Are Cold-Induced Endocrine Activators of Brown Fat Function in Humans, Paul Lee et al., published in Cell Metabolism, 4 February 2014.
  7. Lee P, Smith S, Linderman J, et al. “Temperature-Acclimated Brown Adipose Tissue Modulates Insulin Sensitivity in Humans”. Diabetes. 2014;63(11):3686-3698. doi:10.2337/db14-0513.


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