En invierno, con el frío y la humedad, los problema de piel reseca son habituales. Incluso puede agrietarse. ¡Le ofrecemos remedios naturales para prevenirlo y mantener su piel bien hidratada todo el año!
La piel reseca es un problema muy habitual en invierno, tendiendo incluso a agrietarse. Es relativamente normal. A menudo sufre porque las bajas temperaturas provocan que la humedad relativa del aire descienda y el ambiente se vuelva más seco.
Además, el frío causa vasoconstricción en los capilares de la piel. Estos se contraen y disminuye la irrigación, lo que provoca que no llegue suficiente oxígeno ni nutrientes a las células de la epidermis. La dermis ofrece así un aspecto apagado.
También se retrasa el ciclo de la renovación celular y se acumulan las células muertas impidiendo que la epidermis se lubrique y nutra de manera correcta. Además, el invierno suele ser una época en la que bebemos menos líquidos. No tenemos tanta sed como cuando hace calor. Todo ello provoca un descenso de la hidratación celular.
Pero, ojo, porque no solo el frío puede provocar estos problemas en la dermis. También la calefacción, pues vuelve el aire más seco.
Los signos que alertan de una piel reseca pueden variar en función de la edad, el estado de salud, el tono de piel, el estilo de vida y factores tan variados como la exposición a las inclemencias meteorológicas. Los síntomas más habituales son:
Las grietas son un fenómeno bastante común. Eso sí, ha de tener en cuenta que pueden ser profundas y sangrar. Se convierten así en puertas abiertas a los patógenos.
Tenga también en cuenta que nuestra piel reacciona de forma repentina a los cambios de temperatura y el agua le afecta mucho (la excesivamente fría y la muy caliente). Por ello antes de meterse en la ducha es importante que con cierta regularidad aplique una capa de aceite limpiador sobre la dermis. Déjelo actuar mientras se ducha y retírelo justo antes de salir.
Durante los meses invernales es necesario que la piel tenga humedad tanto cuando salimos a la calle como cuando estamos en casa o en la oficina. Para salir de su vivienda use prendas con capas ligeras y suaves en lugar de telas sintéticas y así evitará la irritación y los picores en la piel.
En interiores quizá pueda ayudarse con un humidificador del ambiente para evitar el resecamiento, sobre todo si tiene la calefacción puesta durante mucho tiempo. Existen partes del cuerpo en las que la piel es más fina y apenas hay glándulas sebáceas que la protejan.
Por esta razón es muy importante la utilización de sueros y aceites alrededor de los ojos para calmar y proteger la piel. Y lo mismo que en invierno usted se pone varias capas de ropa para evitar pasar frío, aplique sueros que atraigan la humedad como por ejemplo los que contienen ácido hialurónico (está en la piel de modo natural y es un agente hidratante).
A continuación, ha de ponerse un aceite facial por todo el rostro y finalizar la rutina con una crema nutritiva. En los labios, es importante utilizar bálsamos para asegurar una barrera protectora frente al exterior.
Es necesario tratar las grietas de la piel sin demora y existen modos de hacerlo de manera natural. Las hojas de la prímula son antiequimóticas (mejoran los cardenales y los moratones). Y la planta en general tiene propiedades analgésicas, antiespasmódicas, diuréticas y expectorantes.
Un ejemplo de tratamiento natural es esta compresa elaborada con prímula, le explico cómo hacerla:
Repita este tratamiento tantas veces como sea necesario hasta conseguir la mejora. Otra fórmula natural económica que ayuda a cerrar las grietas que provoca el frío en la piel es un bálsamo protector para los labios. Es fácil de preparar y usar, además de eficaz.
Los ingredientes son: 1 trozo de cera de abejas, 1 cucharada de aceite de girasol, 4 gotas de aceite esencial de limón y 7 más de aceite esencial de lavanda.
Para su preparación ralle la cera de abejas en un bol para obtener virutas muy finas. Agregue el aceite vegetal y mezcle con una cuchara para que la cera absorba el aceite de girasol. A continuación incorpore los dos aceites esenciales para luego calentar la preparación al baño maría durante 3 minutos. Remuévalo vigorosamente para que se mezclen bien los componentes.
Cuando termine de cocer vierta el bálsamo resultante aún caliente en un frasco pequeño de cristal, de boca ancha. Cuando ya esté frío, ciérrelo herméticamente.
Aplique este bálsamo con la yema de los dedos sobre los labios y otras partes afectadas y notará gran alivio y cómo en poco tiempo desaparecen sequedades y grietas. Siga estos sencillos consejos y su piel no sufrirá los rigores del invierno, manteniendo su tersura y lozanía.
¡Y tampoco se olvide de la alimentación! Como es lógico, hay que beber agua con frecuencia también en invierno, es esencial para estar bien hidratado.
Y también ha de comer frutas y verduras que destaquen por su alto contenido en vitamina C, muy importante para la vitalidad de la barrera cutánea (para saber más sobre ello puede entrar aquí).
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