Arrancaba la semana en el Congreso de los Diputados con un hecho tan sorprendente como inesperado para la mayoría de sus señorías, de los partidos políticos y del Gobierno.
Ocurrió en la Comisión de Investigación relativa a la gestión de las vacunas y el Plan de Vacunación en España, una comisión que se constituyó el pasado mes de junio a petición de dos grupos parlamentarios para investigar la gestión política de la pandemia.
Pues bien, la comisión arrancó el pasado 29 de noviembre y por ella fueron desfilando, sin pena ni gloria, representantes de la Agencia Española del Medicamento (AEMPS), directores de Salud Pública de distintas comunidades autónomas…
Tan anodino que algunos días apenas seguían las sesiones como oyentes tan solo unos pocos representantes de los partidos políticos. Y los medios de comunicación no encontraban elementos noticiables, por lo que pocos ciudadanos se habían enterado de que se estaba celebrando.
Hasta el pasado lunes 7 de febrero…
Había sido invitado el profesor honorario de la Universidad Autónoma de Barcelona Joan-Ramon Laporte Roselló experto en farmacovigilancia reconocido internacionalmente.
Y empezó su discurso.
Sereno y contundente, en una ponencia cargada de datos técnicos y argumentos científicos pero a la vez clara y didáctica, hizo afirmaciones que chocan frontalmente con el pensamiento único al que desde el principio de la pandemia nos tienen acostumbrados los políticos, las instituciones y los medios de comunicación.
Frente al “las vacunas son seguras”, “las vacunas salvan vidas”, “la rapidez en su desarrollo no compromete su seguridad”, “las agencias reguladoras trabajan con rigor” o “la vacunación es el camino para llegar al fin de la pandemia”, que son las frases que oímos y leemos a diario, el Prof. Laporte discrepaba radicalmente.
Y nada menos que en el Congreso de los Diputados.
Con luz y taquígrafos.
Calificó de “experimento global sin precedentes en la historia de la Humanidad” la inoculación que se está llevando a cabo en todo el mundo.
Tildó de “fraude científico” los estudios que llevaron a cabo las compañías farmacéuticas que condujeron a la aprobación de las vacunas.
Aseguró que los distintos grupos de población no estaban bien representados en los ensayos. Que la supuesta eficacia de las vacunas se presentó de forma “sesgada”. Que los efectos adversos que aparecieron se eliminaron, metiéndose “debajo de la alfombra”.
Y él mismo desgranó las maniobras de ocultación, recalcando las más de 55.000 notificaciones de efectos adversos que se han notificado hasta ahora en nuestro país, incluyendo 375 con desenlace mortal y 11.000 graves.
También desmontó la supuesta eficacia de las vacunas: ni salvan vidas ni frenan la transmisión.
Y puso en tela de juicio el pasaporte Covid (“sin base científica, además de haber contribuido a aumentar el número de casos, puesto que daba una falsa sensación de seguridad a quienes lo obtenían”), echando por tierra la que ha sido una de las grandes medidas frente a la Covid en Europa y cuya imposición hoy mismo es objeto de manifestaciones que se extienden por Europa.
Más alto y más claro no lo podía decir.
El profesor Laporte bien sabía que sus afirmaciones iban a escocer. Por eso, antes de desgranar sus argumentos había presentado sus credenciales, para dejar claro que no hablaba por hablar.
De hecho, fue uno de los encargados, allá por la década de 1980, de poner en marcha el sistema de farmacovigilancia en nuestro país.
Desde entonces ha colaborado como experto externo asociado en la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y en otras instituciones internacionales como la Agencia Europea del Medicamento (EMA), la Agencia Francesa del Medicamento o la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sabe de lo que habla.
Pues bien, ¿qué cree que hicieron los medios de comunicación y los cronistas parlamentarios, ante semejante bomba informativa? Al principio, NADA.
Ni un titular, ni una mención. Silencio.
Sin embargo, el vídeo de la ponencia (que al ser una comisión pública se graba y es accesible en la página web del Congreso) comenzó a viralizarse en las redes sociales.
Pero no por mucho tiempo…
Esto aparecía horas después cuando se intentaba acceder desde YouTube:
Inquietante.
Las “Normas de la comunidad” a las que se refiere YouTube incluyen spam y prácticas engañosas (suplantación de identidad, estafas…), contenido sensible (sexo, autolesiones…), violento o peligroso (violencia explícita, incitación al odio…), contenido sobre productos regulados (como armas de fuego) o lo que llaman “Desinformación”. En este punto incluyen desinformación médica acerca de la Covid-19 y de las vacunas.
Esto es muy preocupante.
Una plataforma como YouTube decide unilateralmente considerar desinformación médica las palabras de un científico de renombre mundial… ¡pronunciadas nada menos que en el Congreso de los Diputados, el órgano constitucional que representa al pueblo español, y cuando ha sido llamado precisamente para explicar su punto de vista!
Mientras ardían las redes, primero con el vídeo y luego con su censura, los medios ya no podían callar. Así que comenzaron las interpretaciones.
“Argumentos negacionistas”, titulaba un medio. “Antivacunas”, clamaba otro.
En la propia comisión, ante la réplica de los representantes de los diferentes partidos políticos, el Prof. Laporte puntualizaba lo evidente: que no es ningún antivacunas ni negacionista (como lo prueba el que haya sido presidente del Comité de Medicamentos Esenciales de la OMS, cuya lista incluye multitud de vacunas).
Pero que sí ve necesario “poner de manifiesto que estamos ante un experimento que atañe a toda la ciudadanía mundial”.
Y aseguró que no se pone en duda que las personas vacunadas sufran formas menos graves de la enfermedad, así como tampoco la conveniencia de ponerlas. Pero los ensayos clínicos “no han demostrado que las vacunas reduzcan la mortalidad”.
El vídeo continúa siendo accesible desde la página web del Congreso, al que puede acceder desde aquí:
► VÍDEO de la intervención del Prof. Laporte
Y el propio Joan Laporte ha compartido en su cuenta de Twitter la transcripción, a la que además ha añadido al texto enlaces a las fuentes de información que sostienen sus afirmaciones.
► PDF con la transcripción de la intervención del Prof. Laporte
Como le he dicho, algunas plataformas han borrado el vídeo de la ponencia. Y aunque todavía está disponible en el canal oficial del Congreso de los Diputados, no es seguro saber por cuánto tiempo lo estará.
Por eso le animo a que comparta este artículo para que sus conocidos puedan acceder, no solo a la información «oficialista», si no a todos los puntos de vista para que puedan sacar sus propias conclusiones.
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Hola Señor López estoy la sentimento de usted porque la vacuna no es una vacuna y un experimento. Los poderosos del mundo ha pensado que somos muchos gente en este mundo y deber reducir la mitad de la población de planeta para puede ellos controlar mejor . Una vacuna deber estudiar entre 5-15años y logo aplicar la serse humano. Pero con esta ser experimental se a pisado el trato de la Nuremberg donde se dice que ningún tratamiento sanitario experimental no deber hacer por ser humano. No estoy antivaccinista pero una vacuna en condiciones deber estudiar mucho años . Cómo te imaginas que de la tal hora virusul andaba por la calle y en otra hora no. Deber ser una magia en este caso de no te das la cuenta que todo que se ha hecho para meter miedo en la gente en una de la situación bajando la inmunidad de la gente cae dos en depresión forte . Y los protocolos que se impuso por el tratamiento no ha recurrido la tratamiento antivirales. Y la gente con otro afecciones no se ha pudrido trata porque no ha pudrido llegado ha Hospital por la Covid . Por ex empleo 80% de la gente con enfermedades de cáncer sa muerto . Por otro lado se dice que la mascarilla nos protege por no es así porque nos produce una enfermedad de la garganta . Por otro lado el OH2 no llega suficientemente en la cabeza y se produce dolor de cabeza porque tragamos otra vez CO2 que lo expiramos . Por esto hago un apel a los médicos de buenas credencia que lucha para la salud de la humanidad y no pisa su juramento de Aristócrate.Y no hacemos caso a los globalismos que quiere que nos controla .