En el esófago hay gran cantidad de células que durante el envejecimiento sufren mutaciones. Sin embargo, la mayoría de esas mutaciones nunca llegarán a desarrollar un tumor esofágico… a no ser que se abuse del tabaco y del alcohol.
Y es que ambas sustancias suponen dos importantes factores de riesgo que intervienen tanto en el número de mutaciones como en la rapidez con la que estas se producen. Esto es lo que ha confirmado un grupo de investigadores tras analizar 139 muestras de tejido esofágico(1) de pacientes diagnosticados de cáncer de esófago, así como de personas sanas. También se registró el consumo de alcohol y tabaco de todos los participantes.
Pudo observarse así que las mutaciones celulares del esófago, aunque aumentaban a partir de los 70 años, si la persona en cuestión fumaba o bebía este proceso se incrementaba exponencialmente, con lo que había más riesgo de tumor.
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