Además de la dificultad respiratoria, la fiebre, la tos y el dolor de garganta y muscular, otro de los síntomas propios de la Covid-19 es la pérdida del olfato y del gusto. De hecho, al no producirse este fenómeno en otras patologías no hay riesgo de confundirlo con los síntomas de otras enfermedades, como sí ocurre con la fiebre o el dolor de garganta, por ejemplo. Ahora bien, ¿por qué ocurre esto?
Es lo que ha querido averiguar un grupo de neurocientíficos de la Universidad de Harvard (Estados Unidos)(1). Según las conclusiones de su investigación, la explicación de la anosmia (pérdida de olfato, lo que a su vez conlleva la falta de gusto o ageusia) se encuentra en que el virus SARS-CoV-2 afecta a las células gliales: un tipo de células situadas en la cavidad nasal y que actúan como soporte neuronal (aunque no son neuronas propiamente dichas).
En cualquier caso, aunque la infección por el coronavirus modifique el sentido del olfato es muy poco probable que la anosmia sea permanente. Así, cuando la infección por coronavirus desaparece lo habitual es que el afectado recupere plenamente esos sentidos perdidos.
1. David H. Brann, Tatsuya Tsukahara, Caleb Weinreb1 et al.: “Non-neuronal expression of SARS-CoV-2 entry genes in the olfactory system suggests mechanisms underlying COVID-19-associated anosmia”. Science Advances. 2020.
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