Los ojos y el cerebro son dos órganos tan relacionados, ¡que ya en el estado embrionario se desarrollan juntos! Aunque esto también implica que los trastornos oculares tienen un gran impacto en el cerebro…
Afortunadamente, existen medidas para prevenir y tratar ambos problemas.
No hay duda de que tener problemas de vista resulta muy incapacitante para el día a día. Aunque puede ser aún peor, ya que un grupo de investigadores ha descubierto que los trastornos oculares también tienen un gran impacto en el cerebro. (1)
En un metaanálisis de 16 estudios, que contó con 76.373 participantes, los responsables observaron que los problemas de vista no tratados -en personas mayores- aumentan el riesgo de déficit cognitivo en un 137%.
Asimismo, este factor aumenta el riesgo de demencia en un 44%.
Los expertos aún no han podido detallar los mecanismos de este vínculo, pero insisten en la importancia de diagnosticar y tratar las afecciones oculares para frenar o detener la pérdida de memoria.
Se dice que el ojo es el espejo del alma, pero, ¿tal vez sea también el reflejo de nuestro cerebro?
El estudio mencionado es solo uno de los muchos que, en los últimos años, han asociado los ojos con problemas cerebrales. Gracias a ellos sabemos que algunos biomarcadores presentes en los ojos ayudan a diagnosticar, a veces con años de anticipación, los primeros síntomas de enfermedades como alzhéimer, párkinson o esclerosis múltiple.
¿Cómo se explica este vínculo?
En realidad, estos dos órganos están íntimamente relacionados. Ya en el estado embrionario, retina, nervio óptico y cerebro se desarrollan juntos y están conectados por conexiones nerviosas.
De hecho, el ojo es prácticamente un mini cerebro que forma parte integral del sistema nervioso central. Además, es el único órgano donde el sistema nervioso central y su vascularización son directamente visibles. (2)
Es, literal y figurativamente, una puerta abierta al cerebro. Por tanto, cuidar de los ojos es también salud para el cerebro. ¡Y viceversa!
Las frutas y verduras de colores vivos -rojo, amarillo y verde oscuro- contienen una gran cantidad de carotenoides, uno de los antioxidantes naturales más potentes.
Y para la salud ocular interesan especialmente dos de estos nutrientes: luteína y zeaxantina. Y es que la mácula, en la parte central de la retina, contiene un pigmento amarillo compuesto por estos carotenoides.
Algunas investigaciones han señalado que estas sustancias pueden proteger contra la degeneración macular asociada a la edad (DMAE, una de las principales causas de ceguera entre las personas de más edad), en tanto que ayudan a reducir los daños causados por el estrés oxidativo. De hecho, estiman que la cantidad de estos pigmentos presentes en la retina es inversamente proporcional al riesgo de desarrollar DMAE. (3)
Y en otro estudio, que contó con 4.000 participantes, se observó que la suplementación con luteína y zeaxantina reduce el riesgo de progresión de la DMAE en un 18%. (4)
Respecto a sus fuentes alimentarias, los alimentos más ricos en luteína son las verduras de hojas verde oscuro, como espinacas, coles verdes o rizadas. Y para la zeaxantina interesan los pimientos rojos, naranjas y maíz, por ejemplo.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que se trata de sustancias liposolubles. Esto significa que tiene que haber lípidos para que la mucosa intestinal pueda absorberlos.
Por tanto, es mejor si acompañamos esa ensalada de verduras de hojas verdes con un buen chorrito de aceite de oliva, por ejemplo, o las espinacas con alguna crema.
Aunque un alimento que conviene especialmente para la salud ocular es la yema de huevo. Además de contener un alto porcentaje de luteína y zeaxantina, es una excelente fuente de lípidos. ¡Todo en uno! (5)
Por último, la luteína y la zeaxantina también ayudan a prevenir el desarrollo de cataratas, reduciendo entre un 20 y un 50% las probabilidades de ser operado por esta afección ocular. (6)
Los ácidos grasos omega-3 participan en la salud de muchos sistemas y órganos del cuerpo, incluidos los ojos. Y los dos tipos que han mostrado tener más beneficios son el EPA (ácido eicosapentaenoico) y el DHA (ácido docosahexaenoico), presentes sobre todo en pescados de aguas frías: sardinas, arenques, salmón, caballa…
Varios estudios han asociado un alto consumo de estos ácidos grasos (en forma de pescado graso, 2 veces por semana, o de suplementos alimenticios) con una menor tasa de DMAE, así como un menor riesgo de que la afección se agrave. (7)
Asimismo, se ha relacionado una suplementación diaria de 650 mg de EPA y 350 mg de DHA con una reducción de los problemas de sequedad ocular.
Y en el caso de los suplementos alimenticios a base de aceite de pescado de aguas frías, que pueden ayudar en caso de problemas oculares, hay que asegurarse de que el aceite sea de calidad y no incluye metales pesados, debido a los mares cada vez más contaminados.
Atención: los ácidos grasos omega 3 tienen un efecto anticoagulante en la sangre. Por tanto, si está tomando medicamentos anticoagulantes, debe consultar a su médico antes de optar por este suplemento. No obstante, y por precaución, es recomendable contar con el asesoramiento de un experto antes de tomar cualquier suplemento (de omega 3, luteína o zeaxantina), para que le indique qué dosis es la más adecuada en su caso concreto. Sobre todo, si ya ha sido diagnosticado de un problema ocular o está siguiendo algún tratamiento farmacológico, ya que el suplemento puede interactuar con el medicamento.
Las recomendaciones que le hemos indicado no siempre son suficientes, por sí solas, para prevenir ciertas enfermedades oculares. Sobre todo si son graves.
Además, a la hora de proteger la salud de sus ojos, así como la salud en general, la prevención sigue siendo clave. Y por ello también es esencial mantenerse alejado de los principales factores de riesgo ocular.
Pues bien, si quiere reducir en todo lo posible esos riesgos, pero también si ya ha empezado a notar que su vista no es lo que era, el Dr. Fred Pescatore puede ayudarle. Tanto a la hora de prevenir enfermedades oculares (y con ello, el riesgo de demencia), como de recuperar la capacidad visual perdida con los años.
Él lleva años tratando a los pacientes de su clínica de Nueva York (Estados Unidos). Y ahora ha reunido todas sus estrategias, con las que ha obtenido increíbles resultados, en el Protocolo para una Vista siempre joven.
A través de este programa, fruto de años de investigación, el Dr. Pescatore le acompañará en cada paso para enfrentarse con éxito y de forma 100% natural a las enfermedades más graves de la vista: cataratas, glaucoma, degeneración macular asociada a la edad (DMAE)…
Si desea frenar y revertir la pérdida de visión con la ayuda del Dr. Pescatore, aquí puede obtener su Protocolo.
1. Gui-Ying Cao, Zi-Shuo Chen, Beibei Xu, et al..: “The association between vision impairment and cognitive outcomes in older adults: a systematic review and meta-analysis”. Aging & Mental Health. 2022.
2. “¿Por qué el ojo es una ventana abierta a las patologías del cerebro?”. Zilia. 2021.
3. Krinsky NI, Landrum JT, Bone RA: “Biologic mechanisms of the protective role of lutein and zeaxanthin in the eye”. Ann Rev Nutr. 2003.
4. “A Randomized, Placebo-Controlled, Clinical Trial of High-Dose Supplementation With Vitamins C and E and Beta Carotene for Age-Related Cataract and Vision Loss: AREDS”. Arch Ophthalmol. 2001.
5. Sommerburg O, Keunen JE, Bird AC et al.: “Fruits and vegetables that are sources for lutein and zeaxanthin: the macular pigment in human eyes”. Br J Ophthalmol. 1998.
6. Hankinson SE, Stampfer MJ, et al.: “Nutrient intake and cataract extraction in women: a prospective study”. BMJ. 1992.
7. Weikel KA, Taylor A.: “Nutritional modulation of age-related macular degeneration”. Mol Aspects Med. 2012.
Artículos relacionados