El cáncer de páncreas es uno de los más mortales que existen, ya que, al no presentar una sintomatología concreta, suele detectarse cuando el tumor ya está demasiado avanzado y no es posible operarlo. Pero además resiste al sistema inmunológico y a los tratamientos con quimioterapia debido a los fibroblastos, un tipo de células que segregan proteínas que favorecen su proliferación.
No obstante, ahora se ha descubierto(1) que al inhibir una de esas proteínas, en concreto la galectina-1 (Gal1), se podría frenar el crecimiento del tumor, además de reducir su agresividad y recuperar la respuesta inmunológica del organismo.
De momento las primeras pruebas en laboratorio han sido todo un éxito, siendo el siguiente paso probar su eficacia con pacientes reales. Esto ofrece una gran esperanza para los afectados por uno de los tumores más agresivos, cuya supervivencia es de tan sólo el 5%.
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