El cannabidiol (CBD) es el componente no psicoactivo de la planta Cannabis sativa. Esta sustancia se ha empleado con éxito como analgésico (para el acompañamiento de afecciones como la artrosis y el cáncer), así como ansiolítico en pacientes que sufren trastornos neurológicos (estrés crónico, epilepsia o incluso esquizofrenia).
Pues bien, a esta lista hay que añadir ahora sus propiedades como protector y reparador cutáneo, según diversos estudios. Por ejemplo, una investigación(1) ha señalado que el CBD puede penetrar en las células cutáneas y proteger la integridad de la epidermis frente a diversos trastornos de desorden cutáneo (rosácea, acné y seborrea, entre otros), lo que ayudaría a mitigar e incluso prevenir nuevas crisis.
Por su parte, un estudio centrado en la psoriasis(2) ha concluido que el CBD también ayudaría a reducir las crisis de esta enfermedad gracias a su capacidad para inhibir la proteína NF-KB (siglas en inglés de “factor nuclear kappa B”). Y es que esta proteína participa en la regulación de los procesos inflamatorios, incluidos los que conlleva la psoriasis, por lo que también permite controlar este trastorno cutáneo. De hecho, las personas que sufren psoriasis suelen tener unos niveles muy elevados de NF-KB.
Nota de Salud en 1 Minuto: Como dijimos al inicio, en algunos tratamientos oncológicos ya se está aplicando el cannabidiol como coadyuvante. Aquí puede leer más sobre el tema.
Fuentes:
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