El pasado fin de semana falleció a los 96 años víctima de un infarto el doctor Henry J. Heimlich. Quizá así de pronto su nombre no le suene, pero seguro que la cosa cambia al saber que es el padre de la “maniobra de Heimlich”, la técnica de emergencia más usada en el mundo en caso de asfixia por atragantamiento y que tantas vidas ha salvado.
Cirujano torácico, al saber que unos 4.000 estadounidenses morían cada año asfixiados por trozos de alimentos o pequeños objetos, a principios de los años 70 empezó a investigar cómo cualquiera podría aplicar la presión subdiafragmática para salvar vidas. En 1974 presentó su método, que consistía en abrazar a la persona por detrás y presionarle bajo el esternón mediante un apretón seco para que el aire atrapado en los pulmones expulsase el objeto que bloqueaba la entrada de aire.
Fácil y rápida de realizar, la maniobra fue un éxito inmediato. De hecho, hasta 2005, fue la única maniobra recomendada en caso de obstrucción traqueal por la Cruz Roja de Estados Unidos y por la Asociación Estadounidense del Corazón.
Miles de personas en todo el mundo “volvieron a nacer” gracias al Dr. Heimlich tras estar al borde de la muerte por atragantamiento. Fue el caso de Ronald Reagan, a quien se la aplicaron tras atragantarse en pleno vuelo con un cacahuete, unos años antes de convertirse en presidente de Estados Unidos. Y como él miles de personas se han salvado en restaurantes, medios de transporte, lugares de ocio o en sus propias casas gracias a una maniobra que sigue estando en todos los manuales de primeros auxilios.
Si la persona no puede hablar ni respirar, y se encuentra de pie, siga estos pasos: Por detrás, rodéela con sus brazos alrededor de la cintura. Con la mano cerrada en un puño, coloque el pulgar contra la parte superior del abdomen, debajo de la caja torácica y justo por encima del ombligo. Agarre el puño con la otra mano y presione en el abdomen de la víctima de forma rápida y hacia arriba. No apriete la caja torácica. Repita hasta que el objeto sea expulsado.
Si la persona que se está asfixiando se encuentra inconsciente o no es posible rodearla con los brazos, entonces deberá tumbarla para poder actuar. En ese caso, hay que colocarla boca arriba, y colocarse usted de rodillas sobre sus caderas. En esa posición, con una de las manos encima de la otra, hay que colocar la mano en su abdomen, debajo de la caja torácica y encima del ombligo, utilizando el peso del cuerpo para presionar hacia arriba de forma rápida, hasta que expulse el objeto.
Incluso si usted se encuentra solo y se atraganta, también es posible aplicarse la maniobra uno mismo. En ese caso, con la mano cerrada en un puño, colóquela con la zona del pulgar contra su abdomen, debajo de la caja torácica y por encima del ombligo. Agarre su puño con la otra mano y presione de forma rápida y hacia arriba hasta que el objeto sea expulsado. También es posible hacerlo inclinándose sobre un objeto horizontal fijo (como el borde de una mesa, de una silla o de una barandilla), presionando el abdomen contra el borde.
En caso de atragantamiento, la diferencia entre morir o sobrevivir puede ser cuestión de segundos y de actuar de la forma correcta. Por eso, si usted alguna vez se encuentra ante un caso de atragantamiento que exija actuar, tenga en cuenta estas pautas:
La incisión debe realizarse en el lugar exacto, es decir, justo entre la base del cartílago tiroides y el anillo de cricoides, en el hueco que hay justo debajo de la nuez. Es mejor hacer una incisión horizontal de aproximadamente un centímetro de longitud y de un centímetro de profundidad. Por esa incisión se abre la tráquea y se coloca la cánula, el bolígrafo o la pajita de forma que se mantenga abierto el orificio y entre aire… hasta que lleguen los servicios de emergencia.
Mantener la sangre fría y saber cómo actuar es lo que permite salvar la vida de alguien que se ha atragantado y se está ahogando. Es imprescindible actuar con rapidez, pues en unos cuatro minutos puede sufrir daño cerebral por la falta de oxígeno y morir.
Como cada segundo cuenta hemos preparado un documento en el que podrá ver paso a paso cómo efectuar la maniobra de Heimlich y tenerlo siempre a mano. Puede descargárselo en formato pdf completamente gratis en este enlace. Y por supuesto le animo a compartirlo con sus familiares y amigos
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Me ha parecido muy importante y necesario. Hay que dar gracias al Dr Henry J. Heimlich, que no me cabe duda que Dios lo tiene con Él.
R.I.P