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Lo que su saliva puede contarle sobre su salud

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Podemos obtener información sobre nuestra salud de diferentes maneras. Una de ellas es a través de la saliva.

Es sorprendente la información que puede darle la saliva sobre su salud. Pensamos en ella como un residuo, un desecho, pero algo aparentemente tan prosaico como la saliva cumple numerosas funciones y aporta mucho a nuestra salud.

La saliva es una secreción compleja producida por las glándulas salivales compuesta principalmente por agua, casi al 100%. Pero tiene mucha información sobre nuestra salud.

También contiene moléculas orgánicas e inorgánicas: iones de sodio, potasio, cloruro, bicarbonato, calcio, tiocianato, enzimas, lisoenzimas, proteínas, e inmunoglobulinas específicas, como transferrina o lactoferrina.

¿Qué función tienen todos estos componentes?

  • Agua: ayuda a mantener la humedad en la boca y a digerir los alimentos. También a hidratar la mucosa de la faringe y así permitir el habla.
  • Iones de sodio, potasio, cloruro, bicarbonato y calcio: mantienen el pH neutro en la boca (reduciendo la acidez de muchos alimentos, por ejemplo), lo que protege los dientes de las bacterias y previene la caries dental.
  • Tiocianato: Se trata de un compuesto inorgánico (de azufre, carbono y nitrógeno) que tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas.
  • Enzimas y lisoenzimas: ayudan a digerir los alimentos y, como los dos siguientes, a prevenir infecciones.
  • Proteínas: también favorecen la humedad en la boca.
  • Inmunoglobulinas específicas, transferrina y lactoferrina.

La cantidad y calidad de la saliva son importantes. Como cada uno de esos componentes desempeña funciones concretas han de estar en armonía.

La saliva, material de diagnóstico para la salud

Además, la saliva puede ayudar al diagnóstico de algunas patologías:

  • Identificación de enfermedades sistémicas: como la hepatitis, la diabetes o el VIH, para el que existe una prueba rápida de saliva con el fin de facilitar su diagnóstico temprano. Y también el covid, como se vio durante la pandemia.
  • Detección de enfermedades orales: como la caries dental y la enfermedad periodontal.
  • Dosificación de tratamientos: la saliva puede ser utilizada para dosificar medicamentos. E incluso para detectar drogas o sustancias prohibidas; que se lo pregunten a ciclistas de élite y otros deportistas cuando pasan el control antidopaje.
  • Control de biomarcadores: por ejemplo, los que indican la presencia de ciertas enfermedades, como algunos tipos de cáncer.

La detección de biomarcadores en la saliva se realiza mediante diferentes técnicas, como la inmunocromatografía, la inmunofluorescencia, la espectroscopía, la cromatografía líquida y la espectrometría de masas.

Le dejo algunos ejemplos de biomarcadores:

Alfa amilasa y cortisol: se utilizan como indicadores de estrés. La amilasa también cumple la función de ayudar al sistema digestivo a asimilar los hidratos de carbono de la dieta.

Lipasa: segregada por las glándulas de la lengua, cumple la función de digerir las grasas de su comida.

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Proteína C reactiva e interleucina-1 beta: si hay mucha cantidad de las mismas significa que existe inflamación.

Antígeno prostático específico (PSA): si sus valores están altos, puede indicar la presencia de un problema prostático.

Ácido ribonucleico (ARN) del virus de la hepatitis C: se usa como indicador de infección por este virus en concreto.

Hoy en día la saliva es una matriz con amplias posibilidades para ser utilizada en investigación y diagnóstico en campos como la odontología o la genética, entre otros.

¿Cómo varía la cantidad y composición de la saliva?

Tras descubrir todo lo que puede aportarnos la saliva quiero contarle cómo varía su cantidad y composición y qué factores influyen en ello. Y es que todo ello varía por diversos conceptos:

  • Velocidad del flujo salival: la cantidad de saliva secretada puede estar influida por factores como la edad, el sexo o la dieta.
  • Consumo de medicamentos: como los antihistamínicos, los antidepresivos, los fármacos para la presión arterial, los diuréticos, los usados para la enfermedad de Parkinson o para la ansiedad. Muchos de estos tratamientos pueden causar sequedad en la boca.
  • Ritmo circadiano: por la noche se segrega una mínima cantidad de saliva con respecto a la que producimos por el día.
  • Glándula salival: las diferentes glándulas salivales secretan también tipos diversos de saliva. Existen dos: la serosa y la mucosa. La producción diaria del líquido, si usted está correctamente hidratado, es de 1,5 litros.
  • Estímulos: por poner un ejemplo, el olor o la visión de la comida pueden aumentar el pH (en condiciones normales es de 6,5 a 7,5). La saliva cambia su pH en función del alimento. Se hace alcalina si la comida es ácida y viceversa, para neutralizar.
  • Patologías: como la hiposalivación, es decir, la disminución anormal de la secreción de saliva por parte de las glándulas salivales. También la xerostomía, que es conocida como boca seca o hiposialia, y que es una condición médica en la que no se produce suficiente saliva para mantener la boca húmeda. Con la boca seca es más difícil hablar, por ejemplo. Una boca húmeda facilita la deglución.

Otras ventajas que nos aporta nuestro aliado húmedo es cicatrizar heridas, porque contiene un factor de crecimiento que ayuda en la cicatrización de los tejidos, sobre todo, de la boca.

Ahora que ya conoce los múltiples beneficios que ofrece, seguro que pensará diferente sobre la saliva. La de información que puede darle la saliva sobre su salud…


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