El poder del arte para el cuidado de la salud

El arte y la cultura no son solo pruebas tangibles de las creaciones del hombre a lo largo de la Historia. También pueden ser una inestimable ayuda para el cuidado de la salud, tanto física como mental.

Esto es algo que ha confirmado la investigación científica. Y por ello cada vez más terapias artísticas forman parte de tratamientos integrativos para hacer frente a todo tipo de patologías.

¡Veamos algunos casos sorprendentes!

Hospitales convertidos en museos para mejorar el bienestar

Que las salas de espera, vestíbulos o pasillos de los hospitales dejen de ser lugares fríos para convertirse en escenarios llenos de vida y emociones. Esto es lo que han conseguido los centros médicos cuyas paredes han reproducido algunas de las pinturas más importantes de la Historia del Arte.

Por ejemplo, durante la pandemia del coronavirus, coincidiendo con el aniversario del nacimiento de Francisco de Goya, en algunos hospitales de Zaragoza se expusieron reproducciones de diversas obras del pintor, como puede ver en la imagen. (1)

Según los responsables de esta iniciativa, ese acercamiento a los cuadros de Goya no solo ayudó a que la estancia de los pacientes fuera más agradable. También mejoró el bienestar de los familiares de los pacientes cuando iban a visitarlos, así como de los trabajadores del centro, que soportaban una importante carga de estrés en su día a día.

Y su éxito fue tal que en muchos centros de salud se ha repetido la idea, tanto con exposiciones temporales como permanentes.

Música para relajarse ¡también en el quirófano!

La música tiene una presencia casi constante en nuestro día a día. La escuchamos en la radio cuando vamos de viaje, de camino al trabajo o mientras hacemos tareas domésticas, pero también al practicar deporte o si queremos relajarnos. Y precisamente su efecto relajante ha sido ampliamente demostrado por la literatura científica.

Así, se sabe que la música penetra en los circuitos neuronales e influye directamente en el estado de ánimo, favoreciendo la relajación. Incluso ayuda a que el paciente se calme cuando va a ser intervenido quirúrgicamente, razón por la que es bastante habitual que se opere mientras se escucha música clásica de fondo.

Pero ojo, porque esto no solo ayuda a reducir la ansiedad propia de cualquier intervención. También contribuye a reducir la frecuencia cardíaca y respiratoria del paciente, lo que repercute en una mejor recuperación.

Y en el caso del personal médico, una encuesta realizada a cirujanos, anestesiólogos y enfermeras de varios hospitales concluyó que para el 63% de los mismos la música les ayuda a concentrarse, mientras que para el 59% les ayuda a la hora de abordar mejor la operación. (2)

Aunque si es uno mismo quien reproduce esa música, tocando un instrumento, los beneficios neurológicos van más allá: ofrece un mejor rendimiento cognitivo y capacidad de memoria, además de retrasar el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento. (3)

Por último, hay casos en los que los beneficios de la música sobre la salud han ido más allá, permitiendo que músicos profesionales toquen el violín o el saxofón ¡mientras eran operados de un tumor en el cerebro!

Y es que, de este modo, el cirujano sabe si las redes neuronales que se activan cuando se toca ese instrumento están siendo comprometidas durante la intervención, lo que reduce el riesgo de que sufran daños. (4)

El poder del canto

Seguro que ha oído ese dicho de “cantando se vive mejor” ¡y no le falta razón!

Numerosas investigaciones han demostrado que cantar mejora la función respiratoria, ya que se usan más los órganos y músculos del aparato respiratorio. Y esto resulta especialmente interesante en caso de problemas respiratorios como asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). (5) (6) (7)

Ahora bien, los mayores beneficios del canto se han observado con las enfermedades neurodegenerativas. Por ejemplo, muchos tratamientos farmacológicos de alzhéimer se complementan con talleres de musicoterapia donde los pacientes escuchan música y cantan. Y esto último tiene un gran impacto emocional y cognitivo, ya que les alivia el estrés y les ayuda a evocar ciertos recuerdos. (8)

En este sentido es muy significativo el estudio que contó con pacientes de alzhéimer de entre 65 y 83 años que se encontraban en fases tan avanzadas de la enfermedad que ni siquiera podían hablar. (9)

Pero gracias a las sesiones de música y canto en las que participaron, dos veces por semana durante un mes, poco a poco comenzaron a hablar para compartir los recuerdos que les traían esas canciones. ¡Y al cabo del tiempo incluso se animaron a cantarlas!

No hay duda de que el arte, ya sea en forma de pintura, música o canto, es capaz de removernos por dentro, despertando emociones sinigual. Pero semejante poder también tiene un gran impacto sobre la salud. ¿Por qué no aprovecharlo?