Las personas que viven en el campo se alimentan mejor y llevan una dieta más saludable que aquellas que viven en las grandes urbes. Esto es lo que han constatado unos científicos a raíz del primer estudio llevado a cabo para confirmar una posible relación entre el patrón alimentario que se sigue y el lugar en el que se vive(1).
Para ello los investigadores compararon los hábitos saludables de personas enfermas (en concreto 262 enfermos de diabetes tipo 1) y sanas (254 personas). Pudieron comprobar así que los pacientes con diabetes tipo 1 que no vivían en la ciudad seguían unos hábitos más saludables (dieta mediterránea y práctica de ejercicio a diario), en comparación con los que vivían en las ciudades.
A tenor de estos resultados los investigadores inciden en la necesidad de que se lleve a cabo una educación nutricional adecuada, atendiendo especialmente a los habitantes de las ciudades; estos son los que más problemas tienen para cambiar sus hábitos alimentarios, incluso si están enfermos.
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