La toma de estatinas puede producir, en pacientes con debilidad muscular o mialgias (dolores musculares), el doble de riesgo de sufrir miositis inflamatoria idiopática (una serie de trastornos musculares y autoinmunitarios) en comparación con los que no toman este medicamento. Esta es la conclusión a la que se ha llegado mediante un estudio realizado en Australia entre los años 1990 y 2014 entre adultos mayores de 40 años(1).
Aunque ya estaban documentados algunos efectos musculoesqueléticos adversos en relación con la toma de estatinas, la nueva investigación señala que existen algunas diferencias con respecto a la miositis inflamatoria idiopática.
Y es que si en otras patologías los efectos secundarios desaparecen en cuanto se suspende el tratamiento con estatinas, con la miositis inflamatoria idiopática esto no ocurre. ¿Por qué? Pues porque lo que hacen las estatinas es desencadenar una respuesta autoinmunitaria que hace que los trastornos debilitantes graves que se han originado con la enfermedad no desaparezcan si se suspende el tratamiento.
Estas conclusiones resultan aún más preocupantes ante el considerable aumento de prescripciones de este tipo de medicamentos en todo el mundo.
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