Una quinta parte de los pacientes que tienen cáncer en nuestro país también sufren estrés postraumático varios meses después de haber recibido el tratamiento. Y muchos de esos pacientes siguen teniendo este problema años después de haberlo finalizado.
Esta conclusión pone el foco de atención sobre un trastorno que hasta ahora se creía que sólo afectaba a las personas que habían sufrido un evento especialmente traumático (accidente grave, desastre natural, conflicto bélico…). No obstante, tras realizar un seguimiento de 469 adultos que tenían varios tipos de cáncer, se descubrió que la situación es bien distinta.
Se constató así que un tercio de los pacientes que sufrieron un cáncer e inicialmente fueron diagnosticados con estrés postraumático, cuatro años después seguían teniendo los mismos síntomas e incluso habían empeorado.
Esto ocurre porque muchos pacientes sienten que deben mostrarse fuertes y optimistas desde el momento en que reciben el diagnóstico de cáncer, pensando que esa positividad les ayudará a combatir mejor la enfermedad, por lo que sienten que si piden ayuda para hacer frente a los problemas emocionales sería como mostrar debilidad. Pero el problema es que, al no solicitar esa ayuda, el estado de ánimo es el más afectado y acaba derivando en estrés postraumático.
Por tanto, si está siguiendo un tratamiento contra el cáncer, no debe tener miedo de mostrar sus sentimientos. Acuda a terapias de apoyo que le ayudarán a mejorar su bienestar y calidad de vida a lo largo de esta dura etapa que tiene por delante.
Fuente: Caryn Mei Hsien Chan, Chong Guan, Nur Aishah Taib, Lei Hum Wee, Edward Krupat and Fremonta Meyer: “Course and predictors of post-traumatic stress disorder in a cohort of psychologically distressed patients with cancer: A 4-year follow-up study”. Cancer Online. 2017
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