La película «La sociedad de la nieve» nos muestra lo mucho que llega a sufrir el cuerpo y la mente en situaciones adversas. Pero también es un claro ejemplo de espíritu superación que merece la pena analizar en detalle.
La hazaña que vivieron algunos pasajeros del vuelo que se estrelló en los Andes en 1972, y que supuso todo un ejemplo de supervivencia, vuelve a ser noticia con la nueva película que retrata esa epopeya. En este caso de manos del director Juan Antonio Bayona con el film “La sociedad de la nieve”, que ha recibido muchísimos galardones y está nominado a 13 Premios Goya y 2 Premios Oscar.
Ya se había llevado a la gran pantalla esta historia, apenas 20 años después de que ocurrieran los hechos, con la película “Viven”. Sin embargo, la nueva producción cinematográfica destaca por el realismo con el que se muestran las condiciones extremas que soportaron los supervivientes, y que afectaron a su salud de muy diversas maneras.
El avión, en el que entre otros viajaban jugadores de un equipo de Rugby de Montevideo (Uruguay) se estrelló en un remoto glaciar, uno de los entornos más hostiles del planeta. Solo 29 de los 45 ocupantes sobrevivieron al accidente. Aislados, sin comida ni agua y con un frío atroz, transcurrieron 72 días en los que otros fueron pereciendo hasta ser rescatados los 16 que sobrevivieron.
La cinta reconstruye el deterioro físico y mental por el que pasaron los supervivientes en esos interminables 72 días.
Por ello merece la pena recordar lo mucho que llega a sufrir el cuerpo y la mente en situaciones adversas, además de qué puede hacerse en esos casos.
Uno de los detalles que más ha llamado la atención de la nueva película es ver que algunos de los supervivientes tenían la orina negra. Y este es un claro ejemplo de lo mucho que sufre el organismo ante la falta de alimento y agua, siendo varios los factores que lo explican.
Por un lado, podría deberse a la deshidratación extrema, ya que cuantos menos líquidos se beban, más oscura será la orina. Pero a ello se añade la concentración de toxinas que hay en el cuerpo cuando el riñón no realiza correctamente su función depurativa debido a esa falta de líquidos.
Y otro posible desencadenante puede ser la rabdomiólisis. Se trata de un trastorno originado por traumatismos o la congelación de los tejidos del cuerpo que hace que se produzcan roturas en los mismos que, a su vez, conllevan la liberación de mioglobina (molécula que contiene hierro) en la sangre, lo que hace que la orina se vuelva más oscura.
Ahora bien, la orina negra no es la única consecuencia de la deshidratación.
Por regla general solo podemos estar entre 3 y 5 días sin beber, ya que el agua es necesaria para realizar distintas funciones básicas. Su importancia es tal que representa entre el 50 y el 70% del peso corporal.
De ahí que una deshidratación (esto es, cuando no se reponen los líquidos perdidos a través de la orina y el sudor) pueda conllevar:
De todo esto se deduce la importancia de mantenerse bien hidratado a lo largo del día. Como mínimo hay que beber 1,5 litros por medio de agua, sopas, infusiones y alimentos ricos en agua (sandía, pepino, fresa…).
Hay que seguir esta regla ¡incluso si no se tiene sed! Y es que muchas personas mayores llegan a deshidratarse, incluso sin ser conscientes de ello, porque las señales que envía el cuerpo para alertar de que no hay suficiente agua fallan a medida que se cumplen los años.
En este caso hablaríamos de un máximo de 6 semanas, si bien dependerá del estado de cada persona. Y, por supuesto, teniendo en cuenta que mucho antes de que se produzca la muerte por inanición la persona puede sufrir graves problemas de salud que también pongan en riesgo su vida.
Y es que la falta de alimentos puede causar verdaderos estragos ante la ausencia de nutrientes:
Para evitar su aparición es fundamental cambiar de postura con frecuencia (o mover al paciente si este no puede hacerlo) y lavar con jabón neutro las zonas enrojecidas de la piel, ya que es la primera señal de escara. Luego hay que secar bien la zona, pues la humedad acelera el proceso.
Y, en el caso de que ya se hayan formado las escaras, puede aplicarse gel de aloe vera, de propiedades desinfectantes y analgésicas, o miel, empleada durante siglos para acelerar la cicatrización de las heridas.
Eso sí, solo en los casos leves pueden tratarse las escaras con estos remedios caseros. Y siempre es recomendable consultar con un especialista sobre la mejor forma de tratar las heridas, dependiendo de cada caso.
Los problemas oculares derivados de una larga exposición a la nieve son más comunes de lo que uno podría pensar. Y no hace falta estar semanas varado en las montañas para sufrirlos (como también recoge “La sociedad de la nieve”, donde sus protagonistas fabrican burdas gafas de sol con plástico de la cabina de los pilotos). De hecho, se estima que más de un 20% de las personas que practican esquí con frecuencia sufre alguna patología ocular.
Y es que el blanco de la nieve refleja más del 80% de los rayos de sol, incluida la radiación ultravioleta; además, sus efectos se acumulan en el tiempo. Esto puede causar a corto plazo quemaduras en la superficie del ojo y fotoqueratitis (inflamación de la conjuntiva y la córnea) y, a largo plazo, aumentar el riesgo de cataratas o de degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
De ahí la importancia de usar gafas homologadas, con filtros de color marrón o amarillo y protección lateral, además de un factor de protección 3 como mínimo.
Los supervivientes de aquel vuelo chárter 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya tuvieron que soportar un frío extremo de hasta -40º C durante la noche. E iban vestidos con ropa de verano.
Para ello se resguardaron dentro de lo que quedaba del fuselaje del avión, apretados por falta de espacio y para compartir su calor corporal. Cada noche tapaban con maletas y otros restos la entrada a esa zona, para resguardarse de las ventiscas. Además, construyeron mantas con las fundas de los asientos y con los restos del material aislante que recubría los conductos de la calefacción del avión.
Fue gracias a su ingenio y solidaridad que consiguieron sobrevivir a ese frío imposible de sobrellevar.
Además de los grandes desafíos a los que se enfrentaron, en la película también se muestran otras situaciones que se vivieron y que bien podrían calificarse de milagro.
Este es el caso de Nando Parrado, quien permaneció varios días en coma tras recibir un fuerte golpe en la cabeza durante el accidente. Pero cuando sus compañeros ya lo daban por muerto despertó con sus facultades mentales prácticamente intactas. Hasta el punto de que solo el amoratamiento de la zona alrededor de los ojos indicaba que tenía una fractura en la base del cráneo.
Lo que explica este milagro fue la nieve y las bajas temperaturas, que en este caso actuaron en su favor al reducir la inflamación debida a ese traumatismo. Eso fue lo que le salvó la vida.
Ahora bien, los supervivientes que han podido contar lo que allí vivieron coinciden en que fue la solidaridad y el trabajo en equipo lo que les permitió superar aquella epopeya. Pero que nada de eso habría servido si no hubieran mantenido la calma o hubieran perdido el optimismo.
Estos son unos factores que siempre hay que tener presentes. Da igual si nos enfrentamos a una situación extrema o a las muchas dificultades que acontecen a lo largo del día.
Esta es una de las grandes enseñanzas que podemos obtener de esta historia de superación.
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