Es comenzar a hablar de la suegra y poco tardan en empezar las burlas.
No obstante, mis suegros viven la mayor parte del tiempo con nosotros y debo decir que eso nos hace muy felices.
Además, los beneficios que supone esta medida para su salud y bienestar son evidentes. De hecho, es la mejor medicina contra el envejecimiento.
Mis suegros son demasiado mayores para seguir trabajando, pero para la casa y los niños son mejores que Mary Poppins.
Y ellos también están encantados de estar con nosotros.
En lugar de aburrirse, ver la televisión, estar solos o limitarse a sus amigos, que también son ya mayores, pasan mucho tiempo con sus nietos, a los que estimulan, distraen y hacen reír.
Los recogen del colegio, les dan la merienda, vigilan que hagan sus deberes y los llevan al parque.
Mi suegro, que es médico, enseña anatomía a mi hija, a quien le gustaría estudiar Medicina. Él lee siempre Tener S@lud y tenemos interesantes y enriquecedoras conversaciones al respecto.
Mi suegra, que fue profesora de lengua, ayuda muchísimo a mis hijos en las asignaturas de letras.
Nos ayudan con las compras, la comida y en general en casa, y eso nos ahorra mucho tiempo y preocupaciones.
Ellos, por su parte, ahorran dinero viviendo con nosotros porque no tienen facturas que pagar.
Todos salimos ganando.
A fin de cuentas, este sistema mutuamente beneficioso es el que se ha seguido durante milenios en todas las civilizaciones. Los mayores ayudan a los jóvenes y los jóvenes ayudan a los mayores. Más adelante le contaré algunas de las medidas que adoptamos en nuestra casa para lograr una buena convivencia con los abuelos.
La soledad es peligrosa para la salud de las personas mayores, hasta el punto de que duplica el riesgo de muerte prematura. Y, sin embargo, es un problema totalmente a la orden del día y no es difícil ver cada vez a más ancianos a nuestro alrededor viviendo e incluso muriendo en la más completa soledad.
En España el número de personas que viven solas asciende a más de 4,5 millones, de las cuales la mayoría son mayores de 65 años (el 41,7%) y, a su vez, un 70,7% mujeres. (1) (2)
Y lo peor es que la tendencia va en aumento y que se trata de un problema global, que afecta a la mayoría de países. De hecho, las escandalosas cifras que arrojó un estudio reciente sobre la soledad en Reino Unido han llevado al Gobierno británico a plantearse poner en marcha la creación de un Ministerio de la Soledad.
No es la primera vez que una investigación pone sobre la mesa los graves riesgos para la salud que supone la soledad. No obstante, un estudio llevado a cabo por Julianne Holt-Lunstad, profesora de Psicología en la Universidad de Brigham Young (Estados Unidos), ha vuelto a poner el foco de atención en ello a través de unas cifras sorprendentes. (3)(4)(5)
“El efecto de la soledad es comparable al riesgo de fumar hasta quince cigarrillos al día”, explica. “Excede el riesgo del consumo de alcohol, del sedentarismo, de la obesidad y el de la contaminación”. (6)
Yo veo en mis suegros cómo el contacto con sus nietos (y me atrevería a decir que con nosotros también) les hace bien.
Suelen enfermar menos, son más activos, salen más a menudo y por lo tanto están en mejor forma física, comen mejor (ya que siguen el ritmo de las comidas familiares), compartimos las verduras ecológicas de nuestro huerto, nos ayudan a cultivarlas…
Es una de las ventajas de vivir tres generaciones bajo un mismo techo.
Se dirá que esta imagen idílica de las relaciones con mis suegros debe tener algún lado oscuro… Por supuesto que sí.
Mis suegros, como todos los suegros, tienen sus defectos, sus manías, sus fobias, sus momentos de mal humor…
¿Cómo se pueden gestionar?
Primero, algo importante. Nosotros tenemos la suerte de tener un espacio independiente, con entrada propia, que es donde ellos viven. Esto significa que no viven realmente con nosotros, aunque estén bajo el mismo techo.
Ni mi mujer ni yo entramos allí (nuestros hijos sí, y a sus abuelos les encanta que lo hagan), sino que respetamos su espacio.
Sé que tengo suerte, pero no es una casualidad. Siempre hemos tenido la idea de vivir en una casa con una vivienda separada para nuestros padres. De hecho, ese fue un criterio importante a la hora de elegir nuestra casa.
Recomiendo a aquellos que contemplen llegar a vivir con sus padres o suegros que hagan lo mismo. Y, para aquellos que puedan permitírselo, contar con una pequeña vivienda separada, por pequeña que sea, lo hace todo mucho más fácil. Está claro que esto no siempre es posible, y que es más sencillo si dispone de una casa en el campo que si vive en la ciudad, pero en definitiva sólo es una idea.
Este sistema de convivencia pensado para que todos salgamos ganando es decisivo para superar los inevitables roces de la convivencia.
Sé que no va a durar para siempre y que llegará un día en que ya no podrán ayudarnos, al menos desde un punto de vista práctico.
Sin embargo, para entonces, espero que nuestros hijos ya hayan crecido y puedan ayudarnos a su vez a cuidar de sus abuelos, con los que han creado fuertes lazos de afecto.
Creo que la carga será llevadera. Estaremos felices de devolver a mis suegros la ayuda y el afecto que le dieron a mi esposa cuando era niña, sin esperar nada a cambio, y que nos dan a todos nosotros ahora.
Mis suegros tienen el cuidado de dejarnos solos con frecuencia y de hacer cosas por su cuenta.
En especial los fines de semana, los festivos y por la noche, cuando estamos todos, se van, aunque en el fondo a veces les gustaría quedarse y participar en más actividades en familia.
Pero ese “saber retirarse a tiempo” permite que cada uno tengamos nuestro espacio y mantener intacta la alegría de tener ganas de verse.
Otro límite importante: tan pronto como sienten una tensión en la familia (por ejemplo, entre mi esposa y yo o entre uno de nuestros hijos y nosotros), desaparecen discretamente, en lugar de intervenir.
Debo decir que esta “neutralidad” y discreción son esenciales.
Mis suegros no pretenden ser perfectos, y nosotros tampoco.
Sabemos que tienen cosas que reprocharnos y viceversa.
Las explicaciones son a veces necesarias y, por eso, no dudamos en darlas. Esta honestidad en las relaciones ha significado mucho para ayudarnos a superar las dificultades.
He guardado este punto para el final porque para mi mujer y para mí es algo difícil de abordar, aunque sea esencial.
Mis suegros no intentan, y nunca lo han hecho, convertirse en los “jefes” de la familia, intentar ocupar un papel que nos corresponde a nosotros.
Esta suele ser una tentación irresistible para los padres, dado que ellos son los que siempre han tenido autoridad; ellos son los que saben, los que tienen experiencia, los que ya han pasado por todo, los que estaban antes. Así que esperan poder hacerlo a su manera y exigir que sus hijos no sólo les permitan hacerlo, sino que lo aprueben.
Nosotros pensamos que, para alcanzar un entendimiento duradero entre las distintas generaciones, los jóvenes deben escuchar a los mayores con respeto. Pero, también a la inversa, los mayores deben comprender que no siempre tienen razón y que sus hijos también tienen opiniones válidas.
Mis suegros lo respetan, y ésta es sin duda la clave del éxito de nuestra convivencia. Les estamos más que agradecidos porque no es tan frecuente que ocurra, teniendo en cuenta las historias que cuentan a veces nuestros amigos y las que incluso hemos presenciado en nuestro entorno cercano.
Cuando los padres desafían la autonomía y la autoridad de sus hijos mediante diversas estrategias más o menos retorcidas (chantaje emocional, autoritarismo, etc.), el conflicto está asegurado.
Pero basta con que uno sea consciente de este peligro para evitarlo.
A nosotros esta forma de vida nos funciona. Consideramos que vivir en familia numerosa no sólo es posible, sino que incluso puede ser muy beneficioso. Y creemos que, siempre que sea posible y haga felices a todas las partes implicadas, las relaciones intergeneracionales armónicas pueden hacer por la salud de las personas mayores más que todas las vacunas y antidepresivos juntos.
La soledad de nuestros mayores es para mí un reto que, como sociedad, deberíamos tomarnos mucho más en serio, proponiendo soluciones viables para el problema.
Me gustaría conocer su opinión al respecto, para lo que le pido que deje su comentario más abajo. Además, si vive usted con su padre o madre, o con su suegro o su suegra, ¡no dude en contar su experiencia!
Fuentes:
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¡Buenos días!
Coincido con usted en la valoración que hace sobre la convivencia con los abuelos. Precisamente sugerimos a mis suegros que viniera hace medio año a vivir con nosotros debido a una enfermedad crónica de mi suegro. Esto nos permitiría tenerlo estrechamente supervisado para que hiciera bien su tratamiento y estuviera bien atendido.
Los beneficios colaterales son que hemos ampliado el núcleo familiar, la tribu, que de esa manera podemos cuidarnos todos mutuamente, sobre todo habiendo dos niños pequeños en casa y de esa manera compatibilizar mejor trabajo y ocio y dedicar más tiempo a hacer deporte y disfrutar de los abuelos. La convivencia es buena y la experiencia y los valores que se transmiten a los niños de cuidar de nuestros mayores son muy positivos.
Un cordial saludo
Mira mi madre vive con nosotros, y recalcar esto ya, que estoy casa y tengo todavía viviendo una hija de 21 años. No lo llevo muy bien mi padre es una mujer siempre triste desde que la recuerdo y tengo 58 años, la vida no la ha tratado muy bien, (muerte del marido y una hermana de 24 años).
Me controla en todo con quien voy a qué hora voy a volver, lo que tengo que comprar, lo que tengo que hacer, etcccc. Es que volver a los 18 años. También se mete en todo lo relacionado con mi hija, que no hace nada, que no me ayuda, que no se ocupa de nada, (está estudiando ya en 4º de Ambientales y trabaja sábados, domingos y días de fiestas) y discuten constantemente.
De verdad no dan ganas de ir a casa para nada. Pero bueno lo único, que mi marido es un bendito. Si la intento explicar las cosas no lo entiende y se enfada. Así todos los días.
Bueno a ver que me podéis aconsejar. Gracias
Estoy muy de acurdo con lo que comentáis de las personas mayores. Es un tema peliagudo que sería necesario abordar a nivel institucional o ONG privadas. Veo que en vuestro caso lo lleváis muy bien. Enhorabuena!!
Hola. Me llamo Carlos García Báez. Creo q la relación con los suegros es bueno tenerla y siempre es positiva siempre y cuando haya un respeto. Pero opino q además si es positivo tenerlos cerca pero no tan cerca como al lado justo.
Yo pienso q eso no es positivo q a la larga origina conflictos. Porque cada familia de padres, madres e hijos funcionan de una manera diferente. Incluso tan diferente a como eran sus propios padres y los padre por mucho respeto q haya la experiencia q yo he tenido en ese sentido no ha sido positiva. Siempre intervienen en algo. Y no creo q eso sea correcto.
La intervención de los suegros siempre debe ser aprobada por los dos miembros de la pareja. Siempre q haya uno de los miembros q no quiera esa intervención ya no es positivo y puede originar muchos conflictos de pareja q para nada son positivos y creo q eso hay q evitarlo a toda costa. Así q. Relación con suegros sí. Pero cada uno en su casa y dios en la de todos y las casas con una distancia por medio es bueno. Porque esto hace q la pareja con sus hijos actué con mayor libertad y evita intervenciones q puedan originar conflictos
Muy buen artículo sobre vivir junto a los suegros
Tienes suerte de tener ese tipo de vivienda y todo lo que cuentas me parece fenomenal, pero existe un problema social importante, los jóvenes están viviendo en pisos de sesenta o setenta metros cuadrados, Como tengan un hijo el espacio se reduce mucho más. Pregunta, donde puedes alojar a tus padres o suegros? Y si tienes dos hijos? Las viviendas tienen dos habitaciones y a lo sumo tres y la economía no está como para comprar dos pisos. La utopía funciona pero no a todos
Me atrevo a poner el comentario respecto al artículo sobre los suegros en casa. Y, de antemano, agradecer los buenos consejos y la sinceridad.
Soy suegra, y nunca mejor dicho por qué soy madre de chico. Mi pregunta es si los consejos son los mismos en este caso. Desde el principio siempre he respetado la diferencia enorme de trato y de evidencies entre mis consuegros y nosotros, los «otros».
Mi nieto me adora pero no puedo disfrutarlo todo lo que quisiera… No me considero una suegra entrometida, pero no me atrevería a convivir aunque fuera en casa separada. El problema no está en las peleas, también sé irme a tiempo pero me gustaría saber-me «deseada» en el buen sentido de la palabra.
Cómo hacerlo? Con la mayoría de padres de chicos que conozco existe esta diferencia más o menos declarada.
Gracias de antemano.
Me siento identificada con sus comentarios. No es lo mismo tener un hijo que una hija.
En mi caso no vivimos juntos, si pared con pared y no puedo disfrutar de mi nieta como me gustaría ahora q me acabo de jubilar.
Deberíamos diferenciar a aquellas mujeres del mundo rural que, obligatoriamente, habían de vivir con la familia del marido, cuñados etc. Actualmente y en pleno Siglo XXI pienso q no debe ocurrir y si sucede, en casos muy aislados y zonas.
Hoy por hoy, no tengo limitaciones que me impidan ser muy autónoma. Dentro de 10 ó 15 años, no lo ser.
Cuando nos llegue ese momento, no me gustaría sentirme sola y abandonada a mi suerte.
Es verdad que para los mayores es una suerte si pueden vivir junto a sus hijos, nietos. La soledad es muy triste, pero eso sí, cada uno con su espacio, a ser posible que tengan un lugar cerca de la casa pero no en la misma.
Yo vivo con mi madre y, bueno, la misma tele, la misma ducha. Estamos bien, pero a veces echo de menos poder tener esa intimidad que da el vivir solo, aunque esté pegada a ella…
La convivencia es difícil pero en nuestro caso, como abuelos, ayudamos con los nietos y procuramos no interferir en las relaciones de pareja pues eso lo tienen q solucionar ellos. Lo que sí es cierto es que cada uno vive en su casa, lo que supone una gran ventaja.
El quid de esa buena convivencia radica en que los que se han ido a vivir con el matrimonio no son los padres del que escribe la experiencia, sino los de ella. Si fuera al contrario, seguro que la relación so sería tan beneficiosa. Las mujeres solo admiten a su madre, no a la suegra.
Me parece vergonzoso que nos pongan de ejemplo lo buenos hijos que son y lo idílico que es todo cuando para empezar los que vivís muy bien y muy descansados sois vosotros
Como no vais a estar contentos si os libráis de la crianza de vuestros hijos
Decís que viven solos aunque es la misma casa cuantos podemos hacer eso? Estáis pensando que cuando no puedan ayudar vuestros hijos serán quien les ayude no vosotros sino vuestros hijos Ellos lo dan todo por vosotros y os limitáis a que cuando ya no puedan sus nietos no vosotros les ayudaran
De verdad me parece de un egoísmo tan grande que no se puede ser más frescos Espero que vuestros hijos no estén muy ocupados con sus abuelos cuando los necesitéis
A falta de esas circunstancias idílicas: suegros potentes, educados, altruistas, espacios separados…. quizás valga más ampararse en amistades y asumir » más vale estar solo que mal acompañado».
Por otra parte: la soledad permite a uno replegarse para sumirse en la meditación, desarrollar la creatividad y ser principalmente dependiente de su propia voluntad; punto de equilibrio con la razón pura (Kant)
Me ha gustado mucho su artículo. Refuerza lo que siempre he pensado: la convivencia de varias generaciones aporta muchos beneficios en la educación de los hijos. Para mí, el vivir con mis abuelos, mis padres y mis hermanos ha supuesto una «escuela de convivencia» y me ha ayudado a ser una persona capaz de sentir empatía. Nunca había pensado en los beneficios para la salud, pero su artículo me ha hecho reconocer estas nuevas ventajas.
Al firmar el escrito un varón, Miguel, queda claro que viven con los padres de su mujer. Caso contrario mujer convivir con los padres del varón es imposible. Para la vejez, y para todo, es mil veces mejor tener hijas que hijos.
Estoy de acuerdo con el artículo, y quiero añadir un pequeño comentario. Cuando nuestros mayores tienen actividades conjuntas con la familia y se sienten partícipes, a título personal, de una comunidad mayor que los engloba y particulariza, se ahorran muchas visitas al ambulatorio y la toma indiscriminada de todos esos venenos químicos que les recetan, tan alegremente sus médicos Gracias!
Está claro que la situación, en lo que a la vivienda se refiere es ideal, la que tienen ustedes.
Esto es imposible en un piso de tres habitaciones. No hay independencia, ni desde luego intimidad. Es muy difícil en un piso normal. Además, hay padres que no quieren dejar sus casas, sus cosas, sus costumbres, aunque estén más solos. Tienen horarios para almorzar incompatibles con los del resto de la familia, también para irse a la cama….no sé…no es nada fácil.
Yo creo que lo ideal es cada uno en su casa, que cada uno en su casa es el rey….y luego compartir momentos, aunque sea el fin de semana, llamadas y hablar a ratos…lo que hay, además no siempre vivimos cerca. Vamos, que su caso es muy ideal, pero poco alcanzable.
Buena interesante e inteligente opción. Imagino que los recursos económicos son importantes. Es el punto más crítico.
Estoy totalmente de acuerdo, las personas mayores no deben vivir solas ni recluidas en residencias, si ellas no lo prefieren, creo que muchos ancianos sufren de soledad y de incapacidad para hacer las cosas normales de la vida.
La soledad es casi una enfermedad cuando no es buscada. Provoca muerte prematura, casi tanto como el tabaco (según OMS). En tal sentido es una consecuencia no querida de una sociedad que promueve la competencia en vez de la solidaridad, que promueve el individualismo en vez de la colaboración, Así a uno lo educan y lo instruyen en el colegio. Ejemplo: A VER QUIEN TERMINA PRIMERO CON LA CONSIGNA» anuncia la maestra.
Porque esa es la manera que se nos enseña «exitosa» de vivir en sociedad. Desde ya que eso además promueve el egoísmo, que es una forma aberrante del individualismo (necesario en su medida), y que es semilla de guerras y exterminios masivos. Hoy en día Suecia y Dinamarca (siempre a la vanguardia de los cambios Sociales) ya han cambiado los planes de la educación pasando de la estructura individual a un aumento de la actividad colaborativa, que permita ver al otro como alguien que puede aportar y no alguien a quien hay que exterminar.
Asi, los gobiernos liberales tienden a «eliminar» sofocando a quienes tienen bajo desempeño como cuenta-propistas, cercenando con normas los derechos de los que no son emprendedores individuales. Esto afecta principalmente a las clases más pobres, quienes no pueden canalizar sus esfuerzos por la falta de plataforma que el mismo sistema le niega. Y le ponen el sello de INVIABLE. Que es el mismo que llevan marcados en la frente los que padecen de soledad no elegida.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que usted dice. Como el Papa Francisco ha recordado en varias ocasiones es muy bueno aprender de los mayores, de su sabiduría y experiencia que da los años y enriquece tanto a los más jóvenes. Hoy es triste comprobar como hay tanta gente que vive sola.
En Inglaterra han tenido que crear un ministerio para gestionar el problema de la soledad lo cual me parece que no es la solución puesto que el tema es más de fondo. Hay tanta gente que vive sola o se encuentra sola porque se ha roto la familia, no hay medidas para facilitar la unidad familiar, la conciliación familia trabajo, la maternidad, una buena educación integral. La solución radica en volver a poner a la familia: padre, madre e hijos en primer lugar y facilitar ese equilibrio qué tanto ayuda también a los hijos.
El artículo está muy bien y creo que la convivencia con los mayores beneficiaría tanto a ellos como a nosotros. Pero eso solo se lo pueden permitir las familias con un nivel económico alto. Me pueden explicar a donde meto yo a mi suegra en un piso de 90 metros cuadrados, con tres habitaciones una ocupada por el matrimonio y las otras dos por mis hijos. La teoría es muy bonita pero en la práctica lo que he dicho al principio, solo para ricos.
Lo que relatas es idílico. Tengo muchos amigos y sobre todo de mi edad (71 años) y no es la convivencia como tú la describes, siempre prima el egoísmo por parte de los jóvenes que lo único que pretenden es que se cuide a sus hijos y se hagan las tareas de la casa. Creo que la sociedad todavía no está preparada para éste tipo de convivencia, muy al contrario, sacar todo lo que se puede a los padres y cuanto más mejor.
Hola, yo soy hija única y mi marido hijo único…..cuando enviudo mi suegra…..siendo muy joven nos fuimos a vivir con ella…..después enviudo mi madre y también se vino con nosotros…ellas se llevaban muy bien ahora solo está mi suegra porque. Mi madre falleció hace más de 15 años. Y hace cuatro años hemos cogido mi hijo pequeño.
Y nosotros una casa a medias y vivimos cuatro generaciones juntas….mi suegra….nosotros, mi hijo, mi nuera y el hijo de ambos que tiene 12 años. Nosotros estamos en 63 y 65 y mi suegra 89….esperamos poder continuar todos juntos
Creo q si hubiese tenido q vivir con mis suegros tendría q haber elegido entre 3 opciones
1 Emigrar a Saturno
2 Divorcio fulminante
3 Suicido sin retorno
Al revés hubiese pasado lo mismo.
Si mi madre entrase por la puerta con la maleta, mi marido se iría por la ventana.
Que. Situación más ideal describís. La vida no es así. Ni para mí ni para NADIE q conozca
Vivís en la Tierra?
No digo q pueda haber UN caso como el que decís o DOS, tres ya no creo
Dejad de decir bobadas. Vivir con los suegros no es salud, es matar a la parte familiar política
A ver si aterrizamos en lo que es la realidad. Cada uno en su casa y dios en la de todos
Lo que dice es cierto, y aun así quiero felicitarles por mantener una convivencia tan bien delimitada y tan contenida en cuanto a conflictos.
En mi opinión una importante sima fuente de conflictos suele ser la cuestión financiera, al entender los hijos que pueden reclamar a los padres su pensión, en bastantes casos. Cuando es así, el abuelo además de su vejez sufre el abuso y la pérdida absoluta de libertad y esto también afecta a su salud, evidentemente.
Y en todo caso, me encantaría conocer las opiniones de su suegro y de su suegra, aunque por lo que usted escribe, parece que se encuentran bastante cómodos y contentos.
Mi felicitación sincera por sus artículos.
Me alegra muchísimo que ustedes hayan encontrado un equilibrio envidiable, aunque pienso que son casos excepcionales.
Y por supuesto la soledad de los mayores es un gran problema social pero del mismo nivel que la conciliación familiar, etc
Estoy totalmente de acuerdo con el escrito en su totalidad y añadiría que se debe aplicar entre los padres y estos con sus hijos y entre los hijos, estos entre ellos y con sus padres.
Estimado Luis, mi primera reflexión sobre la soledad es que resulta la lógica consecuencia de los paradigmas de nuestra cultura social, a saber, materialismo salvaje, estupidización masiva, consumismo desenfrenado, sexualidad animal e irreflexiva, amoralidad creciente y despersonalización impuesta a través de modelos publicitarios falsos y perversos y de películas con contenidos subliminales del mismo tenor.
Primera víctima desde mediados del siglo pasado, la familia tradicional. Un medio destacado en este plan son los campus universitarios, donde los jóvenes son apartados del núcleo familiar y «formados» para una profesión con la cual «ganarse» la vida. (Y poder así convertirse en consumista y, tal vez famosos. Dentro de esa formación la familia y sus valores son los grandes ausentes.
Le contaré una experiencia actual en relación al tema «soledad”. Hace ya varios años percibí este problema y diseñé un experimento sencillo para tener una idea al respecto. Creé un perfil en meetic, una página de ligue y el resultado me impactó. Para ubicar a ud. le diré, tengo 71 años, hace 35 que estoy casado, tengo 5 hijos y 6 nietos. Dicho esto y añadiendo que marqué interés en contactar mujeres entre 58 y 75 años, obtuve la increíble cifra de 7.500 muestras de interés en 11 meses… No soy famoso ni rico ni galán así que la conclusión es solo una y se llama SOLEDAD. Aún no he definido como gestionar esto en beneficio de estas personas sin afectar mi vida.
Un saludo
Interesante el planteamiento, me gusta .pero como dices… (Lo de la vivienda .lo veo fundamental… (Juntos pero no revueltos). Y sobre todo para los pequeños… crea lazos muy fuertes con los abuelos… que siempre es muy bueno… bueno… veo ya más inconvenientes… si son ya los 4 abuelos
Un beso.
Hola,
Me ha parecido supe interesante el e-letter sobre la soledad de las personas mayores y la fórmula de convivencia que ofrecéis.
Verdaderamente el problema de la soledad en la vejez es un problema de salud pública. Algo no estamos haciendo bien cuando aparcamos a la gente mayor en centros asistenciales, muchas veces contra su voluntad, porque no tenemos tiempo, espacio, disponibilidad para atenderles…
Una magnífica idea la de proponer un Ministerio de la Soledad.
Es un tema en el que sería muy interesante seguir haciendo propuestas para la socialización de los mayores y mejorar así su salud física, emocional y espiritual.
Gracias por tantos e-letters interesantes.
Qué suerte tener unos suegros así, yo intenté ser sobre todo ser más amiga de ni nuera que suegra y en cambio mi consuegra siempre estaba metida en casa con ellos y terminó con su matrimonio. Mi hijo vive desde entonces con nosotros y sin poder ver a su bebé de pocos meses. Así que hay suegros que no admiten que los hijos deben tener su vida propia una vez casados.
En uno de los párrafos dice mis suegros como todos los suegros tienen sus defectos pero no hace referencia a ustedes hija y yerno de los suyos, no los tienen? Por otro lado habla de la convivencia con los padres de la mujer, y sus padres, de usted, dónde están? Pues generalmente muuuucho mas relegados
Piense en ellos que también son padres
Muy buen articulo! escrito con mucho criterio y sensibilidad, que describe la solución ideal para afrontar la vejez de nuestros padres, Yo no tengo la misma suerte y posibilidades puesto que mi piso es muy pequeñito, pero en su día lo busqué muy cerca de ellos para cuando llegara el momento de atenderles y acompañarles en el día a día. Pero los fines de semana sí que estamos juntos, nos reunimos todos en su casa de campo, compartiendo así desayunos, comidas, cenas y otros mil momentos!
Entiendo y hasta puedo compartir lo expresado en la entrada nueva de Salud Nutrición Bienestar, pero por lo que a mí respecta debo manifestar que el vivir sólo no representa ningún problema, sino todo lo contrario, estoy la mar de a gusto, me lo organizo como quiero, no tengo que mirar la cara de nadie, en el sentido de si le/s molestaría algo que pueda hacer, tengo entretenimiento siempre, de trabajo y diversión, es más, aún me falta tiempo, la palabra aburrimiento para mí no existe.
Y por ese motivo vivo muy tranquilo, sin tener tiempo de sentirme solo, porque todo lo realizo a mi voluntad, sin tener que dar explicaciones a nadie, haciendo las cosas sin pausas pero sin prisas, terminando también cuando decido y descansando lo necesario.
Creo que el escrito es muy interesante y para tenerlo en cuenta. Yo he vivido con mis suegros unos cincuenta años, los primeros dieciocho mientras estaban los dos, ellos estaban solos en el primer piso y nosotros encima. Ideal tenían amigos, invitados, los nietos, los otros hijos…
Cuando murió el abuelo, la abuela se vino con nosotros y todo y que la casa es muy grande y tenía una salita para ella, no fue igual, siempre hay alguien que se sacrifica o todos…
Los años pasan, los hijos crecen y se van, la abuela necesita más cuidados, en fin que todo cambia
De todas maneras no me arrepiento de haberlo hecho, estoy contenta y para los hijos es una gran lección de la vida
Un saludo
Yo viví 23 años con mis suegros, en la misma casa, compartimos todo, y gracias a su inmensa ayuda (física y monetaria) pudimos hacer realidad el sueño americano, mis hijas aprendiendo con los abuelos amor respeto convivencia! Lo único que nos separó fue la muerte! Pero les estoy agradecida desde el fondo de mi corazón todos los años de felicidad que vivimos! Tres cosas importantes comprensión, sinceridad y amor’!
Mucha gente no tiene suegros, algunos tienen suegra o suegro y otros no tienen hijos. La mitad de la población de las grandes ciudades como ustedes saben, viven solos
Hola Luis Miguel, me gusta mucho conocer tus valores. Me ha conmovido la convivencia con tus suegros. Veras, yo tengo 62 años, tengo tres hijos varones, afortunadamente tenemos unas relaciones estupendas y mucha cercanía, con las nueras también me llevo muy bien con la familia de mi hijo que vive a cinco minutos de casa tengo mucho contacto, llevo a los niños a actividades extraescolares, etc.
Nos ayudamos mutuamente de diferentes formas. He pensado mucho en qué hacer cuando sea mayor de verdad o si me quedo sola (sin mi marido, que no es su padre)… No quisiera cargarlos con mi presencia. Yo no tengo traumas de irme a una residencia y disfrutar de la compañía de otros mayores y hacer cosas juntas… pero claro, estar con mis hijos es una tentación en la que pienso. La forma de vivir que habéis adoptado y los salvaguardas que os habéis puesto, me parecen muy efectivos y positivos y sinceramente te felicito por ello. A ti y tu esposa. Vivir en armonía es un tesoro.
Gracias por compartir algo tan personal y tan bonito. Leo todos los mensajes, eh? Saludos y un gran abrazo!
Primero que nada, muy agradecida por los artículos compartidos de Tener Salud, los disfruto muchísimo, en relación a la familia donde viven los suegros no es nuestro caso pero somos tres hermanas solteras (tías abuelas) y cuidamos de nuestros sobrinos nietos porque sus papás trabajan y los Colegios donde estudian quedan cerca de la casa así que una de mis hermanas los recoge la hermana mayor prepara la comida para todos, les ayudan con la tarea sus papás llegan por ellos a la salida del trabajo y eso es aproximadamente 8:00 p.m. y ellos también cenan en la casa y además a sus primos mayores les ayudamos con sus colegiaturas y la Universidad económicamente porque sus papás no tienen la solvencia económica para hacerlo y nosotras quisimos estudiaran donde nosotros sí pudimos estudiar. Eso nos hace muy feliz, el poder ayudar a la familia.
Me parece una muy buena idea. Solo hay un problema, como apunta en su artículo: la dificultad de tener una vivienda con 2 entradas o espacio suficiente para vivir de forma independiente. En Barcelona es prácticamente imposible si no eres millonario (que no es el caso)
Me ha encantado el plan familiar, debería ser promocionado y hasta auxiliado económicamente por la administración; todos saldríamos ganando.
Siempre vivimos así, 3 generaciones, incluso 4 juntas, de hecho hay zonas en España que continua quedándose un hijo en la casa familiar al casarse, generación tras generación.
Lo que ocurre que los últimos 80 años comenzó en España, un «modernismo» petulante, estúpido, que considero evolución, hacer residencias para las personas mayores, para que no molestasen e interrumpiesen la evolución de los hijos, los cuales emigraron a ciudades y la excusa perfecta fue:
No se adaptan a la ciudad
Ellos están mejor en la residencia, con personas de su edad.
Es una residencia de lujo.
Yo he trabajado en residencias, mis padres se quedaron en su casa, hasta su partida, decisión que respete y apoye tanto físicamente, como económicamente.
E visto verdaderas barbaridades, en residencias de lujo, sinceramente, la nueva educación ha destrozado el modo de vida familiar, el cual respeto y observo, pero opino que es muy cruel.
Los abuelos pueden aportar conocimientos y valores a los nietos, porque tienen tiempo, que los padres no disponen del tiempo, ya que los pagos necesarios para vivir en una casa son abusivos.
Hola amigos, los leo frecuentemente y son interesantes todos sus artículos, lo de vivir con padres o suegros, me parece excelente idea, siempre y cuando haya el espacio suficiente, porque tanto el hombre como la mujer tienen padres y que pasa si se unen los padres de ambos, y digamos dos hijos, así que la vivienda seria para 8 personas.
A economía es importante pues todos comen, visten, enferman, gastan luz, agua, gas, teléfono y otras cosas más, esto que dicen me parece un maravilloso cuento de hadas, cuando menos en México las viviendas son muy pequeñas, el alcance económico no es grande, a menos que los padres hayan guardado para su vejez y cooperen con los gastos de la casa que son muchos para 8 personas.
Justo me desperté pensando en esta forma de entender la vida cuando me he encontrado esta hermosa experiencia …os felicitó …yo lo entiendo por lo he vivido también en mi caso fue mi madre cuando se quedó viuda y mi hermano con discapacidad funcional ….a veces ha sido complicado q entendieran mis hijas en la adolescencia el peso q esta decisión tenia ….pero hoy después de 20 años y mi madre fallecida nos sentimos orgullosos y agradecido a la experiencia vivida q todos hemos salido ganando …
Saludos
Yo he vivido un tiempo con mi madre aunque desde pequeña tenía claro que quería sentirme en familia pero vivir con mis padres no. El tiempo que viví con mi madre no fue del todo positivo. Faltaba la armonía y más ayuda de su parte.
Es muy difícil convivir con una persona muy dependiente. Si coincido en que la soledad afecta principalmente el corazón y mucho. La persona envejece antes. Para vivir varias personas juntas de diferentes generaciones debe haber respeto, independencia, tolerancia y mucho amor
Sería interesante, leer la versión de esos abuelos, que seguro, lo son de múltiples nietos. Por lo visto, los fines de semana, necesitan descansar. Y ¿qué pasa, si esos abuelos tienen más hijos, que a la vez, no necesitan de su ayuda cotidiana? ¿Cómo se sienten, ellos y los “otros”?
Este artículo me pareció excelente. Y refleja el amor en la familia. Pienso que convivir varias generaciones es muy saludable. Todos salen beneficiados. Los mayores se sienten útiles y los jóvenes aprenden a convivir.
Nada mejor en la vida que convivir durante toda tu infancia, además de con tus padres, con tus abuelos. Yo lo hice y, aunque se me fueron hace muchos años, los quiero con locura. No deberían estar lejos nunca. No se debería privar nunca a los niños de la presencia cercana y constante de sus abuelos porque es una experiencia única, absolutamente enriquecedora y maravillosa.
Siempre he sido de la opinión de que la convivencia entre los abuelos y los nietos es algo positivo para ambos. Aunque no convivamos sí que de pequeños han pasado tiempo con ellos y la vitalidad era patente. Incluso ahora que ya son mayores, los abuelos están pendientes de si tienen que dar un apoyo a los nietos y se alegran siempre que pasan por la casa a verlos y quedarse un rato para hablar o hacer cosas.
El problema empieza cuando uno de ellos queda sólo, no se vale totalmente por sí mismo, y no quiere abandonar «su casa», la de toda la vida, y anhela que sean los demás los que vayan a vivir a la suya, donde además seguirán siendo los «jefes de la manada». Es una situación, por experiencia propia y por lo que veo a mi alrededor, que se repite constantemente y que crea tensiones innecesarias.
Saludos
Xapó, la clave está en la discreción y el mutuo respeto, me parece fantástico, pero quiero alertar de un posible problema, difícil de resolver.
Imagínense una casa de campo de estas características, con buena convivencia de suegros-padres y nietos. Al pasar de los años, los padres dejan la casa a uno de sus hijos, con quién conviven (se repite la historia), por supuesto puede funcionar perfectamente; pero ojo al parche: puede que los otros hermanos que también nacieron allí, (aunque sin mala intención) se les ocurra andar ahí como Juan por su casa. Eso lo he vivido de cerca. Resulta que el ó la esposo@, se siente desplazado por el ó la cuñado@ y más si son recién casados.
Eso puede desencadenar en un caos porque posiblemente el hermano que heredó la casa, por efecto de la costumbre, ni cuenta se dé de que el nuevo habitante se siente como un intruso, en lo que realmente tendría que ser su castillo, su refugio íntimo, su hogar. Un problema muy gordo y más si pasa desapercibido.
Nada realista pero muy bonito para decirlo. Ni en el caso de mi amiga q es una santa, la situación es soportable.
Hola, buenos días. Todo esto, visto y explicado así, suena a música celestial. Las «burlas» referentes a la suegra son como los refranes, por poner un ejemplo, algo extraído y extractado de la experiencia popular y no tiene porqué ser vulgar.
Hay muchísimos factores que son decisivos y en el caso de Vd. tiene a su favor independencia de espacios, el nivel cultural es alto…Pero… ¿Cuántos casos hay que no tienen esos condicionantes positivos? La inmensa mayoría. Y si le unimos factores como nivel educacional bajo o insuficiente, el mal carácter, el genio que suelen tener muchas mujeres, y no es machismo, es realidad, confianza para reproches, intento de control absoluto sobre todo…
Yo tengo 52 años, vivo con mi madre hace 10 años gracias a nuestras leyes de familia y su feminismo y varias veces me he ido a dormir al coche…En fin, después de todo, en ese marco que Vd. describe, gloria bendita. Le felicito de corazón y le envidio, pues es Ud. un privilegiado.
Yo estoy en el 41,7% que viven solos
Muy buen artículo. Es muy cierto todo lo que explica.
Soy la suegra y a pesar de que mi hija siempre dijo, mi mama va incluida en el paquete, creo que su esposo no piensa igual. Estoy en su casa temporalmente, porque vivo sola y en otro país, lo que no me disgusta pero pienso en cuando ya no pueda estarlo.
Él no me ha dicho nada pero son esas cosas que sentimos, y que nos quieren decir «yo soy el dueño» o «aquí se hace como yo digo». No me meto en las cosas de la casa pero si, en algún momento opino, colaboró en todo lo que puedo y aunque mi hija no quiere aceptar dinero, si falta algo lo compro. Porque cuando estoy aquí siempre consigo algún trabajito, o sea, no tienen que mantenerme a menos que me quieran regalar algo.
Esto me causa mucha tristeza y le pido a Dios que me mantenga en pie mientras viva, y no ser una carga para nadie. En este matrimonio aún no hay hijos.
Efectivamente, la situación que cuenta es idílica y no sé si, en el común de las familias, eso se da habitualmente.
Cuando se tiene una suegra invasora que se dedica a encizañar a tus propios hijos contra ti o de sembrar la discordia para que «sólo la quieran a ella» me parece que las ganas de verse merman considerablemente.
Desde luego que lo que plantea sería lo deseable, pero para eso las personas deben saber comportarse con respeto, comprensión y, sobre todo, amor. El amor que te hace respetar y comprender que la familia debe tener su espacio y sus tiempos, que tú mismo reclamas, en el caso de mi suegra de una manera tan egoísta y negativa.
Un saludo.
Mis suegros nos visitaban durante 6 meses cada año, pero desde finales de 2018 no se marcharon más de nuestro hogar, así que si sumamos desde 2014 a 2018. Fueron 2 años de visita más 3 años que están aquí sin regresar, diría que de mis 7 y tantos años desde que emigramos, ellos han estado con nosotros al menos 5. Por motivos económicos y de seguridad, tuvimos que emigrar de Venezuela hace 7 años (en 2014), económicamente ajustados y rehaciendo nuestra vida en USA. Tengo 2 hijos, uno ya de 17 y otro de 15, vivimos en un pequeño apartamento de 2 habitaciones donde mi hijo menor que por cierto tiene diabetes tipo 1 tiene que dormir en un sofá cama en el recibo. Yo siento que no tengo espacio y me duele ver a mi hijo durmiendo en un mueble y usando parte de este como ropero. Por respeto trato de no decir nada pero me siento ahogado y creo que es una falta de respeto. Ellos tienen otro hijo además de su casa con todas las comodidades en Venezuela.
Lo felicito por su linda experiencia. Creo absolutamente en las relaciones intergeneracionales y en todo lo maravilloso que éstas conllevan. Un intercambio de conocimiento y experiencias de vida confluyen en ellas, trayendo resultados extraordinarios.
Creo, sin embargo, en la necesidad de una reestructuración de paradigma en la que las personas aprendamos a ser felices con nuestra propia compañía -desde la infancia-, en la que aprendamos a gestionar nuestro tiempo y a saber tener proyectos y motivaciones propios, independientemente de si estamos acompañados o no. La motivación da forma a nuestros sueños, y tener sueños nos hace felices. Vivir solos no debería ser sinónimo de soledad. Pienso en la importancia de sentirnos libres y de que nuestros seres queridos -a la vez- se sientan libres sin el peso de una responsabilidad hasta que la muerte los separe. Dejar en manos de terceros nuestra felicidad es riesgoso. Y gestionarla debería aprenderse desde jóvenes, con respeto.
Edel-M.