Con la edad y el calor surgen señales que alertan de posibles problemas de circulación sanguínea. Si experimenta uno o más de estos síntomas de forma crónica, es posible que padezca insuficiencia venosa:
– Sensación de pesadez en las piernas, especialmente cuando está de pie, que mejora al acostarse o al levantar las piernas.
– Tobillos hinchados. Se debe a la retención de líquido intersticial (líquido compuesto por aminoácidos, coenzimas, sales minerales y productos de deshecho de las células, que circula entre las células).
– Dolor en las pantorrillas y necesidad constante de masajearlas.
– Picor u hormigueo en la parte inferior de las piernas.
– Calambres nocturnos o una necesidad irrefrenable de mover las piernas, sin poder controlarlas.
– Venas de color azulado visiblemente abultadas, especialmente en la zona de los gemelos de ambas piernas.
En estos casos consulte con su médico para que le haga las pruebas pertinentes y pueda confirmar el diagnóstico. No obstante, la Madre Naturaleza también puede ayudarle con plantas como el Castaño de Indias (Aesculus hippocastanum), la vid roja (Vitis vinifera) o el ginko (Ginkgo biloba), que en forma de tintura, extracto o infusión proporcionan un alivio rápido, reduciendo el dolor provocado por la congestión venosa.
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