¿Sabe qué es la “tisana del papa Luna”? Se trata de un fantástico remedio herbal eficaz contra los males producidos por los nervios y el estrés. Y se lo debemos al único “antipapa” español de la Historia. Si quiere saber más sobre él, lea, lea…
Hoy quiero arrancar hablándole de un personaje religioso que probablemente debería estudiarse en las facultades de Medicina.
Y es que, por sorprendente que parezca, el último de los cuatro españoles nombrados para ocupar la Silla de San Pedro fue el artífice de un fantástico remedio medicinal que vale la pena recuperar.
Ahora bien, en realidad la historia de este papa es muy singular.
O quizá deberíamos llamarle “antipapa”, como también se le conoce.
Se trata de Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor (en la imagen), quien pasó a la posteridad con el sobrenombre de “papa Luna”.
Resulta que fue elegido pontífice no en Roma sino en Aviñón, Francia, precisamente durante el conocido como “Gran Cisma de Occidente”, el cual dividió a la Iglesia Católica a finales del siglo XIV.
En un período que abarca casi medio siglo, hasta tres papas se disputaron la autoridad de la Iglesia.
Y nuestro religioso español, aunque considerado ilegítimo por gran parte de la cristiandad (de ahí lo de “antipapa”), defendió con tanto ahínco su lugar (sobreviviendo incluso a un intento de asesinato) que, de su nombre papal, Benedicto XIII, surgió la popular expresión de “mantenerse en sus trece”.
¿Qué por qué le estoy hablando de esto? Enseguida lo entenderá todo. ¡Ya lo verá!
Benedicto XIII, aunque originario de un pueblo de Zaragoza, vivió a lo largo de su papado en la localidad castellonense de Peñíscola.
Allí existe un castillo templario que todavía hoy conserva su nombre, al igual que numerosas leyendas e historias que entran y salen a placer, como la brisa marina, por sus puertas y ventanas.
Pues bien, uno de esos relatos míticos vinculados al papa Luna es el de su famosa tisana, una fabulosa receta basada en un remedio calmante secreto que habría popularizado el pontífice, aquejado de numerosos dolores (con semejante lío en el seno eclesiástico, no es de extrañar).
Desde Peñíscola, la tisana del papa Luna comenzó a extenderse por toda la península. Y, de hecho, durante siglos -incluso hasta bien entrado el XVII- siguió dispensándose bajo el nombre de “pulvere papae Benedicti de Luna”.
Se utilizaba como un remedio tradicional valenciano eficaz frente a numerosas dolencias: desde flato hasta dolores de cabeza, angustia y dolencias de riñón. ¡Ahí es nada!
Ahora bien, ¿de qué se componía el preparado?
La receta se elaboraba con las mejores semillas de la botica del “antipapa”. A saber:
Es decir, en su mayoría hierbas de un inmenso potencial digestivo y calmante, ideal para las fatigas y dolencias que sufría el pobre papa, asediado por sus enemigos.
Pero es que, combinadas, estas plantas actúan en sinergia, logrando una eficacia mucho mayor.
Quizá la menos conocida en nuestros tiempos sea el díctamo, un poderosísimo curativo muy asociado a los remedios mágicos medievales y referenciado por importantes autores.
Tanto es así que era un componente clave de muchas fórmulas magistrales de Dioscórides, médico, farmacólogo y botánico de la Grecia romana del siglo I d. C.
Pero ¡ojo!, curiosamente también lo es de algunas fórmulas utilizadas por el archiconocido aprendiz de mago Harry Potter, personaje de ficción nacido de la pluma de la escritora británica J. K. Rowling.
Todas las plantas que conforman la tisana del papa Luna pueden hallarse en el entorno natural de Peñíscola y, en particular, en la cercana Sierra de Irta.
Ese es el enclave en el que nos adentramos el pasado viernes en una salida de campo organizada en el marco del Congreso “Eficacia, seguridad y calidad de las terapias naturales”, de la Fundación Europea de Medicina Tradicional, Complementaria e Integrativa y la Fundación Terapias Naturales.
Nuestro guía, el Dr. Carlos Llopis (en la imagen, durante una explicación), fue haciendo un fantástico repaso a las especies medicinales propias de la zona, una de las pocas que permanecen vírgenes en el litoral de la Comunidad Valenciana.
Pero como también está especializado en fitoterapia china, al mismo tiempo que relataba sus propiedades iba comparando sus usos medicinales occidentales y orientales.
En muchos casos ¡no tienen absolutamente nada que ver!
Un buen ejemplo de ello es el espino albar (Crataegus monogyna), que si para nosotros es un remedio muy usado para regular el ritmo cardíaco, en medicina china interesa por sus propiedades digestivas y para metabolizar las grasas.
Pero también podríamos mencionar la chumbera o nopal (Opuntia ficus-indica), planta de origen mexicano que la fitoterapia occidental conoce bien por sus propiedades diuréticas pero que también atesora una importante acción para aliviar la irritación de las mucosas.
Ya se imagina lo afortunado que puede sentirse uno al escuchar y aprender de un experto como el Dr. Llopis. Y no solo en esta salida de campo, sino también en las ponencias y formaciones que impartió a lo largo del fin de semana.
Todo el Congreso fue un festival de interesantes lecciones sobre fitoterapia, kinesiología, osteopatía, geobiología, suplementación, posturología, medicina china, flores de Bach, oncología integrativa, medicina tradicional…
Y todo ello a orillas del Mediterráneo. Concretamente, en el mismo lugar en el que vio la luz una receta herbal que pasaría a la Historia por aliviar los dolores de cabeza a un papa que tenía en su contra a media cristiandad.
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