Las personas afectadas por trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y que tienden a realizar acciones repetitivas (revisar constantemente que la luz esté apagada, que todo esté meticulosamente ordenado…) actúan así por una alteración de las interconexiones neuronales que ligan la zona del cerebro que advierte de un problema y la encargada de actuar en consecuencia. Es lo que ha concluido un grupo de investigadores que ha llevado a cabo el mayor estudio hasta la fecha sobre el TOC(1).
Para intentar comprender lo que pasa en el cerebro de esas personas un grupo de investigadores ha analizado diez estudios sobre este tema, lo que ha permitido reunir 484 informes de escáneres cerebrales de personas tanto sanas como con este trastorno.
Al compararlos observaron que existía un patrón en los afectados por TOC: las zonas del cerebro implicadas en detectar situaciones de alerta tenían mucha más actividad, pero las encargadas de tomar las decisiones correspondientes para que se actuara en consecuencia tenían menos.
Así, concluyen que estos pacientes con TOC lo que experimentan es un fallo en el vínculo cerebral entre la capacidad de reconocer situaciones y el sistema implicado en la toma de decisiones. En definitiva, este descubrimiento confirma que este trastorno también tiene un origen genético, lo que va a permitir que se lleven a cabo nuevos estudios y tratamientos más efectivos.
Fuentes:
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