Las grasas saturadas dificultan la concentración, de acuerdo con los resultados de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Ohio (Estados Unidos) y publicado recientemente en el American Journal of Clinical Nutrition(1).
En la investigación se evaluó la capacidad de 52 mujeres para realizar pruebas de atención tras comer un menú con exceso de grasas saturadas u otro con un alto contenido en grasas insaturadas. Y los resultados fueron muy claros: en aquellas que habían consumido grasas saturadas los resultados fueron peores, lo que deja claro el negativo efecto de estas sobre esta función cerebral.
Al mismo tiempo, los científicos también comprobaron que las bacterias intestinales que pasan al torrente sanguíneo por culpa del intestino permeable (una afección bastante común y en la que la mala alimentación tiene mucho que ver) también poseen efectos negativos sobre la atención.
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