En las personas de edad avanzada con un débil sentido del olfato se duplica su riesgo de morir en los siguientes 10 años. Esto es lo que asegura el estudio(1) realizado con 2.300 participantes de entre 71 y 82 años a los que dieron a oler 12 olores comunes, constatando que las personas con hiposmia (disminución de la capacidad olfativa) tenían un 46% más riesgo de morir en la siguiente década.
En ocasiones la hiposmia y la anosmia (cuando la capacidad olfativa se ha perdido por completo) se deben a un trauma craneoencefálico, aunque también pueden ser consecuencia de un catarro. Sin embargo, entre las personas de más edad este trastorno también puede ser un síntoma precoz de demencia o de párkinson.
Y es que el sentido del olfato y la actividad cerebral están muy ligados. Hasta el punto de que un peor sentido olfativo puede indicar una menor capacidad del cerebro para reparar daños, lo que conlleva a su vez trastornos cognitivos, demencias y otras patologías neurológicas.
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