Un nuevo estudio alerta de las complicaciones urinarias que puede conllevar el vacunarse contra la covid. Y ojo porque estos problemas pueden sufrirlos tanto hombre como mujeres, da igual la edad que tengan.
Un grupo de investigadores de Hong Kong acaba de concluir que los hombres vacunados contra la covid-19 o que han sido infectados con ese virus pueden experimentar complicaciones urinarias relacionadas con la próstata. (1)
Esta investigación no hace sino corroborar anteriores trabajos que se habían centrado en el mismo tema.
Pero esta no es la última novedad en materia de covid y vacunas. Y en todos los casos se trata de malas noticias… (2)
El estudio del que le hablamos se basó en una cohorte de pacientes tratados por problemas urinarios comunes. Algunos tenían infecciones de próstata o de uretra, mientras que otros sufrían incontinencia, retención urinaria o incluso tenían sangre en la orina.
Pues bien, al analizar todos sus datos los investigadores observaron que aquellos pacientes que estaban vacunados o que habían sido infectados con la covid tenían un mayor riesgo de padecer prostatitis (inflamación de la próstata). Y era precisamente esa inflamación la que aumentaba la probabilidad de sufrir trastornos urinarios.
La próstata es la glándula del aparato genital masculino que, situada debajo de la vejiga, se encarga de almacenar el líquido seminal, uno de los componentes del semen. Por ello no es casual que rodee a la uretra, el canal que permite evacuar la orina y el semen.
Respecto a su tamaño, en hombres jóvenes es bastante reducido, como el de una castaña, pero con los años ese volumen tiende a aumentar, lo que puede conllevar problemas urinarios debido a la presión que ejerce sobre la uretra. Y en ocasiones esos problemas son tan constantes que pueden llegar a afectar la calidad de vida del hombre.
Ahora bien, en lo que respecta a la covid la próstata tiene la peculiaridad de que contiene muchos receptores que pueden captar al virus SARS-CoV-2 y a sus famosas proteínas Spike (“espiga” en inglés). Se trata de estructuras situadas en la superficie del virus que, debido a su peculiar forma, actúan como ganchos que facilitan la entrada del virus a las células, permitiendo la infección. (3) (4)
Dicho de otro modo: la próstata atrae a la proteína Spike y, con ello, al virus. Además, los responsables del hallazgo no han observado diferencias entre las proteínas naturales del SARS-CoV-2 o las proporcionadas por la vacuna contra la covid. En ambos casos esas proteínas tienden a concentrarse en la próstata.
Y es justo eso lo que provoca una inflamación que aumenta el tamaño de la glándula y hace que ejerza presión sobre el sistema urinario, con los trastornos que de ello se derivan: incontinencia, enfermedades de las vías urinarias inferiores y micciones incompletas o frecuentes, entre otros.
Todos estos trastornos, según los autores de la investigación, estarían directamente relacionados con una inflamación repentina de la zona urogenital, causada por esa infección por covid o por la propia vacunación.
Más allá de este estudio, otros científicos ya habían mostrado preocupación por el riesgo de las vacunas de ARN mensajero (o ARNm) para los órganos genitales, señalando dos problemas en particular:
Cuando estos problemas se dan en la próstata, ya hemos visto que aumenta el riesgo de trastornos urinarios. Pero si además esto ocurre en hombres que ya sufren esos trastornos, los síntomas tienden a empeorar, aumentando la incomodidad y pudiendo incluso llegar a ser incapacitantes. (7)
¡Y aún hay más!
La Dra. Amanda McDonald, psiquiatra estadounidense, ha señalado que durante la pandemia trató a pacientes que empezaron a sufrir problemas de incontinencia justo después de haber sido vacunados. ¡Y esto ocurrió incluso en jóvenes de veinte años! (8)
Y ojo porque también trató a mujeres jóvenes que habían empezado a sufrir problemas de incontinencia nada más recibir la vacuna. “Que una única paciente venga por esta razón es una posibilidad. Que vengan en serie es más preocupante”, se lamentaba la Dra. McDonald.
Porque lo cierto es que, pese a que se ha demostrado que la incontinencia es otro efecto secundario de la vacuna, pocos hablan de ello y apenas se ha investigado. Incluso teniendo en cuenta que esto ocurre con más frecuencia en mujeres que en hombres. (9)
A cada semana que pasa se publican nuevos estudios sobre efectos secundarios inesperados relacionados con las vacunas de ARNm.
Sin embargo, los medios de comunicación convencional no informan de ello.
Por otro lado, según una reciente encuesta de Le Point, más de un tercio de los encuestados (2.000 personas de las 6.000 participantes) tenía planeado vacunarse antes de las fiestas de Navidad. (10)
Su intención seguramente era buena, pues querían proteger a sus seres queridos, pero… ¿hubieran pensado lo mismo de haber conocido los resultados del estudio de Hong Kong?
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