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Virus del Nilo: así puede evitar los riesgos

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Ante la mayor incidencia de infecciones por el virus del Nilo (algunas mortales), es necesario conocer los principales síntomas de esta afección, así como las medidas preventivas que le ayudarán a reducir el riesgo.

En verano muchas personas van a la costa o a zonas fluviales de interior, donde un gran peligro se cierne sobre ellas. Un peligro que incluso puede costarles la vida… Nos referimos al conocido como “virus del Nilo”, responsable de una infección cuya incidencia no deja de aumentar.

Por ello debe conocer los síntomas que alertan de esta afección, así como las medidas preventivas que pueden ayudarle a evitarla.

Conociendo al nuevo enemigo de nuestra salud

La patología “Fiebre del Valle del Nilo Occidental” (“virus del Nilo” es el término más común) es un tipo de zoonosis. Es decir, se trata de una infección causada por el conocido como “virus del Nilo Occidental” y que transmiten los mosquitos del género Culex a través de su picadura.

Aunque en este caso el ciclo de transmisión es un poco más complejo, ya que no depende solo de ese mosquito, sino que también interviene un ave, que es la que ha sido infectada por el virus.

De este modo, las aves son el reservorio del virus, aunque no sufren los síntomas de la infección, pese a tener al virus en su organismo. Y es que este solo utiliza el cuerpo de las aves para replicarse en su interior y después diseminarse. ¿Cómo?

Aquí es donde interviene el mosquito Culex, que hace de vector del virus. Así, primero pica al ave infectada y después a los que serán los huéspedes finales del virus: los humanos, principalmente, pero también los caballos.

Estos huéspedes finales no pueden transmitir el virus. Ni siquiera si un mosquito pica primero a una persona infectada y después a una sana. Pero a cambio sí pueden sufrir una infección que, como ya ha ocurrido, puede llegar a ser mortal. (1)

Principales síntomas y riesgos del virus del Nilo

Los primeros síntomas pueden aparecer entre 1 y 14 días después de que el mosquito infectado nos haya picado.

Entre ellos los más habituales son fiebre, dolor de cabeza y de garganta, además de falta de apetito. Aunque pueden verse acompañados de náuseas y vómitos, diarrea, sarpullido e inflamación de los ganglios linfáticos.

Estos síntomas generalmente duran un máximo de 6 días, pero si la infección se agrava pueden seguir presentes hasta varias semanas. Y en los casos más graves puede darse una meningoencefalitis, que es una inflamación de las meninges (capas que protegen el cerebro y la médula espinal) y de la zona del encéfalo.

Los principales signos de esta complicación son confusión y dificultades para pensar, debilidad muscular (o en brazos y piernas), rigidez en el cuello y pérdida del conocimiento. Pero, si no se trata adecuadamente, y con la mayor antelación posible, puede causar la muerte del paciente.

Cada vez más casos

El virus del Nilo es el arbovirus (virus transmitido por artrópodos) más extendido en el mundo, estando presente en todos los continentes excepto la Antártida.

Dentro de Europa es considerado un patógeno emergente y, en el caso de España, ya se han reportado casos en Andalucía, Extremadura, Cataluña, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Valencia.

El primer caso se detectó en 2003 y durante años solo se confirmaron infecciones esporádicas. Sin embargo, en 2020 se produjo un brote con 77 infectados, 8 de los cuales murieron, convirtiéndose así en el brote de enfermedades transmitidas por mosquitos más grave desde que se erradicó la malaria, en el año 1964.

Y todo apunta a que esta tendencia va a continuar, reportándose cada vez más casos.

De hecho, los expertos estiman que este verano será especialmente virulento debido al invierno tan suave que hemos vivido, y que ha incrementado la presencia de moquitos. Incluidos los que pueden transmitir el virus del Nilo si han sido infectados.

Por ello, aunque solo el 1% de las personas infectadas acaba desarrollando la infección más grave (el 80% son asintomáticos y el 19% restante sufre la versión más leve de la infección, muy similar a un resfriado o catarro), no hay que bajar la guardia.

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Como hemos podido comprobar, es posible morir por culpa del virus del Nilo. Sobre todo, si nos encontramos entre los grupos de riesgo, que son las personas de más edad o aquellas que tienen el sistema inmune comprometido.

Por ello, especialmente en estos casos, hay que tener muy presentes las siguientes medidas preventivas.

¿Cómo evitar al virus del Nilo?

Dado que los mosquitos son los vectores de la infección, para prevenir nuevos casos lo primero es controlar su población en ríos, lagunas, arrozales o cualquier zona con agua susceptible de convertirse en un nicho para su reproducción.

Con este objetivo se realizan campañas en las principales provincias afectadas para reducir su presencia. Pero esto no quita que usted pueda aplicar sus propias medidas preventivas, más que necesarias.

Y es que no solo le ayudarán a reducir el riesgo de infección por el virus del Nilo, sino también de otras enfermedades transmitidas por mosquitos (por ejemplo, aquí le hablamos del mosquito tigre, que transmite la enfermedad del chikungunya).

Verá que son muy sencillas de aplicar.

Por un lado, vigile cualquier recipiente con agua, ya sea de lluvia o de riego, que puede convertirse en un criadero de mosquitos. Y ojo, porque no hablamos solo de recipientes grandes. Los típicos platos que se colocan debajo de las macetas también son idóneos para los mosquitos.

Otro lugar de riesgo son las piscinas, por lo que debe asegurarse de que el agua se limpia y purifica de manera adecuada y regularmente.

Asimismo, retire periódicamente el agua procedente de los aparatos de aire acondicionado, pues también tiende a acumularse.

Igual de efectivo, a la par que sencillo, es colocar mosquiteras en las ventanas, sobre todo en los momentos del día con mayor presencia de mosquitos. Desde que se pone el sol hasta que amanece.

Y si usa repelentes de mosquitos, opte siempre por productos naturales que no incluyan DEET (N,N-Dietil-meta-toluamida). Se trata de un compuesto presente en la mayoría de los antimosquitos sintéticos, pese a que se ha demostrado que es tóxico para las personas. (2)

Mucho más seguros son los repelentes a base de plantas que desprenden un olor que resulta muy molesto para los mosquitos. Es el caso, por ejemplo, de los cítricos, la menta o la albahaca.

Puede preparar una infusión con estas plantas y diluir en ella aceite esencial de citronela (5 gotas por cada medio litro de la infusión), que es uno de los repelentes naturales más potentes. Vierta la mezcla en un frasco difusor y dilúyala por la estancia antes de dormir.

O, si lo prefiere, puede colocar cáscaras de naranja u hojas de menta en distintos rincones de la casa. Además de ahuyentar los mosquitos con su olor, aportarán un toque de frescor a la casa, ideal para los días de más calor.

Fuentes

  1. “Nueva víctima mortal en la provincia de Sevilla por el virus del Nilo”. El correo de Andalucía. A. R. C. A. O. [actualizado 20 de julio de 2024]
  2. Drakaki, E., Stavros, S., Konstantinou, et al.: “Genotoxic effects of the insect repellent n, n-diethyl-meta-toluamide (DEET) and detection of retinoblastoma gene expression in human lymphocytes: A pilot study”. 2024.

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