“¡Aaaaaaaaaaachís!”¡
Ya está aquí, no falla.
Como cada año por estas fechas, el resfriado común acude puntual a su cita para fastidiarle un poco la salud: dificultad para respirar, tos seca, mucosidad, dolores de garganta y de cabeza, fiebre… ¡menuda pesadez!
Es escuchar el primer estornudo y echarse a temblar. Tras él viene otro, y otro y otro más; y al poco tiempo, en el trabajo o en su casa, todos comienzan a caer como chinches a su alrededor.
Da igual que sean niños, adolescentes, adultos, mayores, hombres y mujeres; el resfriado no deja títere con cabeza.
Además, como hace frío y se abren menos las ventanas, los espacios están poco ventilados y se pasa más tiempo encerrado junto a otras personas y sus posibles gérmenes, lo que aumenta las probabilidades de contagio.
Y claro, al final, también usted acaba cayendo.
Así que, una vez que el resfriado levanta su veda, nadie, o casi nadie, se escapa.
Ahora bien, ¿me creería si le digo que hace años (y no recuerdo exactamente el número, pero son muchos) que no me he resfriado?
Pues es verdad: yo no me acatarro.
Puede que le cueste creerlo, pero es así.
Y justo ahora que comienzan las temperaturas bajo cero y las afecciones respiratorias están al acecho, me gustaría compartir con usted mi historia personal sobre cómo me libré de la gripe y del resfriado común.
Y con ella…
… el secreto natural para que usted pueda pasar el invierno sin estornudar.
Le invito a que usted tampoco vuelva a resfriarse jamás.
En confianza, le diré que de pequeño era como cualquier mortal ante los resfriados. O sea, que me acatarraba como todos, e incluso tenía mayor predisposición a hacerlo. Mi madre siempre lo achacaba a que salía de casa con el pelo mojado en invierno y, como he podido saber después, en parte tenía razón. El frío favorece la replicación del rinovirus responsable del resfriado común, al disminuir la respuesta inmunitaria natural frente a los virus derivada de una bajada de las temperaturas. (1)
Sea como fuere, no había año que no pasara unos días en cama, casi siempre con gripe, aunque los resfriados también se cebaban especialmente conmigo.
Siendo como soy un apasionado de la salud natural, entenderá que los medicamentos nunca han sido mi primera opción.
Estando resfriado jamás tomé ninguno. Primero, por convicción. Y segundo, porque el resfriado se termina curando solo, sin necesidad de poner en riesgo la salud con los medicamentos habituales.
Como ya sabrá, porque el tema lo hemos tratado en varias ocasiones en Tener S@lud, tanto el paracetamol (omnipresente en los productos antigripales) y el ibuprofeno (propio de los analgésicos), están llenos de peligrosos efectos secundarios.
Y no sólo le hablo de los medicamentos “estrella” contra gripes y resfriados: algunos antitusivos contienen codeína (un derivado light de la morfina) que provoca estreñimiento, y dextrometorfano, responsable de urticaria, vértigos y dificultad para respirar; o la fenilefrina, un potente vasoconstrictor presente en los descongestivos, que produce cefalea, excitabilidad, mareos y arritmias. Y cuando no tienen efectos secundarios, son ineficaces, como es el caso de los antibióticos, que nada pueden hacer contra los virus responsables de los catarros y cuyo mal uso genera resistencia y deja indefensos ante enfermedades más graves; o los mucolíticos, que según un reciente estudio no son más efectivos contra la mucosidad del resfriado que el beber agua. (2)
En fin, que ni tomaba medicamentos contra el resfriado ni jamás los he recomendado.
Dicho esto, volvamos a mi historia.
Como le decía, siempre fui bastante propenso a acatarrarme, hasta que por mis estudios descubrí el poder curativo de las plantas y empecé a utilizarlas con éxito contra los resfriados.
Pero eso sí, siempre recurría a una planta para cada problema: una para la tos, otra para la fiebre, otra como mucolítico…
Hasta que un día el destino me puso delante un complemento que prometía excelentes resultados: una combinación de cuatro plantas medicinales cuyas propiedades las hacían muy recomendables para prevenir y tratar los resfriados.
Eran exactamente éstas: el malvavisco, el eucalipto, el arándano y el espino albar.
No eran desconocidas para mí, son plantas de amplio espectro curativo y muy utilizadas a lo largo de la historia de la humanidad, algunas incluso desde hace miles de años.
Pero lo que sí me sorprendió al analizarlas en profundidad fue que todas poseían virtudes terapéuticas especialmente indicadas para tratar y prevenir el resfriado: favorecían la expectoración, despejaban las vías respiratorias, reducían la inflamación, aliviaban los dolores de garganta y calmaban la tos.
Y además existía una rigurosa evidencia científica que acreditaba su eficacia.
A continuación voy a resumirle los estudios sobre estas plantas por si desea informarse en profundidad. Aunque si lo prefiere puede pasar directamente al siguiente punto, donde termino de contarle mi historia.
Esto es lo que la ciencia ha demostrado sobre cada una de estas cuatro plantas:
El malvavisco (Althaea officinalis) está indicado por sus propiedades suavizantes contra la inflamación de las mucosas, la irritación de las vías respiratorias o para aliviar la tos seca.
Cada parte de esta planta (raíces, hojas, flores…) posee sus propios elementos y propiedades: almidón, polifenoles, ácidos fenólicos, aminoácidos y mucílagos (sustancias vegetales formadas por polisacáridos que reducen la inflamación). (3)
Los estudios realizados sobre estos últimos, que se encuentran aislados en las raíces (especialmente el ramnogalacturonano) demuestran que poseen propiedades antitusivas comparables a las que se obtienen con la codeína, pero sin los efectos secundarios de ésta. (4) (5)
Consumir malvavisco permite además fluidificar las mucosidades, expectorar y limpiar los bronquios. O sea, que se trata de una planta todo terreno contra el resfriado.
El eucalipto (Eucalyptus globulus labill) es fluidificante y antibacteriano. Pero eso ya lo sabían nuestras abuelas, y por eso ponían eucalipto en todos sus jarabes caseros para tratar resfriados y catarros. Y no se equivocaban, pues sus propiedades son idóneas para la inflamación de las vías respiratorias, de la garganta, de las mucosas de la boca y de los bronquios, y para aliviar la fiebre y los síntomas del asma.
Su secreto es el eucaliptol (también llamado cineol ó 1,8-cineol) del que está compuesto el eucalipto en un 70%, un estimulante de las glándulas exocrinas que impide que las placas de mucus queden atrapadas en la región de los alveolos, favoreciendo la correcta respiración.
Esta sustancia es tan potente que incluso ha demostrado su eficacia en un ensayo clínico realizado con 242 sujetos que padecían de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), reduciendo la frecuencia y la duración de las exacerbaciones. (6)
Otros dos estudios clínicos realizados con cineol han dado buenos resultados para el alivio de la tos y la reducción de la frecuencia de las exacerbaciones en personas que sufrían bronquitis crónica. (7) (8)
Y en el transcurso de tres ensayos clínicos, el cineol que contiene el eucalipto se ha mostrado eficaz para reducir la dosis de corticoesteroides utilizada por los enfermos de asma y para combatir el catarro. (9) (10) (11)
El arándano (Vaccinium myrtillus), para activar la microcirculación.
Además de bueno en la cocina, su fruto es rico en vitaminas, hierro, magnesio, potasio y fósforo. Posee una gran cantidad de flavonoides, con propiedades fluidificantes, antioxidantes y anticancerosas, y una gran concentración de compuestos fenólicos, entre los que destacan las antocianinas. Y si la vitamina C es tan importante para combatir el resfriado, sepa que el efecto antioxidante de estos compuestos la sobrepasa en mucho.
Numerosos estudios clínicos relacionan el consumo de flavonoides de los arándanos con la reducción de las enfermedades cardiovasculares y degenerativas, al activar la microcirculación y disminuir la permeabilidad de los pequeños vasos sanguíneos, incluidos los de los bronquios. (12)
Y el espino albar o espino blanco (Crataegus oxyacantha), que está indicado por sus virtudes calmantes para tratar las insuficiencias cardíacas, los trastornos de ansiedad menores y el insomnio que puede derivarse de ellos.
Esta planta es un excelente tranquilizante, pues entre sus principios activos destacan sobre todo dos flavonoides, el hiperósido y la vitexina, que actúan como reguladores del ritmo cardíaco (disminuyen las palpitaciones y la percepción exagerada de los latidos cardíacos) y tienen una acción sedante sobre el sistema nervioso central sin efectos secundarios indeseables (al contrario que los medicamentos de síntesis).
La flor del espino albar contiene también aminas aromáticas (tiramina, fenetilamina…) que tienen propiedades cardiotónicas. Dos ensayos con placebo publicados en los años 80 indican que la toma de un extracto normalizado tiene efectos benéficos sobre pacientes que padecen de angina de pecho. (13) (14)
Y además de ser bueno por sí sólo, cuando se asocia a la acción de las otras tres plantas, el espino albar también permite aliviar las toses nocturnas y favorecer el sueño.
Aquí sigo con mi historia.
Una vez vistas sus propiedades terapéuticas, está claro que estas plantas individualmente eran excelentes para el resfriado. Así que cuando cayó en mis manos un complemento que las asociaba, ofreciendo una acción global en varios frentes, no me lo pensé.
Y como estaba empezando a acatarrarme, en vez de utilizar las plantas por separado, como hacía habitualmente, lo probé.
Mi idea era tomar el complemento durante varios días, siguiendo las indicaciones.
Pero para mi sorpresa cuando me levanté al día siguiente el dolor de garganta y las mucosidades casi habían desparecido y el aire volvía a entrar libremente en mis pulmones. Además, me encontraba de mejor humor y había recuperado el ánimo, que siempre decae un poco con los procesos catarrales.
Y al tercer día, el resfriado y todos sus síntomas ya eran historia.
Aquel complemento que ofrecía una acción sinérgica de malvavisco, eucalipto, arándano y espino albar fue una auténtica revelación.
Desde entonces, soy uno de esos afortunados que pasan el invierno ajenos a los trastornos de la gripe y el resfriado. Ante el menor síntoma, recurro a él. Y antes de que el resfriado dé la cara, desaparece sin dejar rastro.
Bueno, esta es mi historia con los resfriados. Y ahora qué, ¿me cuenta usted la suya?
Cuando llega el primer estornudo del invierno, usted tiene tres posibilidades:
El sentido común dice que la tercera opción es la más razonable. Y además es posible, si esa es su elección, porque el complemento del que le he hablado para prevenir y tratar los resfriados es completamente real.
Si le parece bien, voy a ampliarle la información sobre él.
Lo primero que debe saber es que otros productos también le ofrecen una acción global y focalizada ante el resfriado “asociando” las propiedades de varias plantas. Pero no todos los complementos son iguales, y por mi experiencia personal, este se me antoja invencible.
Como siempre le recuerdo, es importante que compruebe la composición de los productos naturales que adquiere, su origen, la dosificación y especialmente la concentración de los principios activos.
Teniendo en cuenta la combinación y dosificación de las 4 plantas que contiene (malvavisco, eucalipto, arándano y espino albar) el complemento que le sugiero sale triunfador tras compararlo con el resto, ya que aporta 37,5 mg de cada una de ellas. Una concentración muy eficaz, segura y difícil de encontrar.
Y otra de sus virtudes, de la que todavía no le había hablado, es su acción prolongada gracias a su formato de encapsulación, que le permite ir liberando los principios activos a lo largo de 8 horas. Esto implica una gran ventaja frente a otros complementos, ya que permite reducir las toses nocturnas, esas que hacen que no pueda “pegar ojo” y le impiden descansar.
Además está indicado tanto para personas asmáticas como diabéticas. Esto hace de él una alternativa muy interesante, ya que muchos jarabes para la tos convencionales contienen azúcar y no son aptos para diabéticos. Y por si fuera poco, el producto que hoy le recomiendo no produce somnolencia, un típico efecto secundario de otros productos para la tos que llevan codeína.
Con la toma de una sola cápsula diaria de Bienestar Respiratorio usted podrá ayudar a:
Espero que mi experiencia pueda repetirse también en usted. Y que encuentre en este complemento su aliado natural para tratar y prevenir los catarros que le impiden vivir con normalidad durante el invierno.
Si es así, será otro de los afortunados que, como yo, consiguen librarse de los virus de la gripe y del resfriado común año tras año.
Si lo desea puede pedirlo ahora en este enlace.
¡A su salud!
Felipe M. Miller
P.D: Puede recomendar este complemento a tantas personas como quiera. Ahora comienza el crudo invierno y seguro que se lo agradecerán. Y si usted es fumador o ha dejado de fumar recientemente, también encontrará en él alivio a la tos seca y recurrente asociada al tabaco.
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Fuentes:
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El día 10 nov de 2013, por asunto que no viene al caso, me quedé viviendo solo.
Mi segunda prioridad fue, en ese momento, MI SALUD.
Desde entonces les vengo siguiendo, entre otros portales de salud. Mucho me han enseñado y les estaré eternamente agradecido. Pero antes de conocer su web ya había tomado una decisión que me ha resultado 100% efectiva.
Al estar solo no podía permitirme caer enfermo por gripes y catarros y, como ya, hacía tiempo que había leído alguna información sobre el uso del Agua de Mar (AdM) del Dr. Gracía, decidí que en la temporada otoño-invierno, justo antes de salir de casa, me enjuagaría la boca y haría gárgaras con un sorbo de AdM. también con un spray llenaría con AdM mis fosas nasales. Desde entonces no he padecido ningún catarro ni gripe.
Ahora, con el covid, la empleo todo el año. A este ritual lo llamo: MI MASCARILLA LÍQUIDA.